Ambos éramos de la misma generación, nacimos en 1958, Fernando unos meses antes. Compartíamos el gusto por la buena literatura y el rock. “El rock es épica”, me dijo unos pocos meses antes de morir en la última entrevista que le hice a raíz de la publicación de su última novela “Arde este libro”, un libro de auto ficción donde recordaba a su primera mujer Véronique Lebrun Lapierre, que falleció en agosto del 2012 con 54 años. Su cuerpo fue incinerado junto al primer libro de Fernando; cuando él se enteró, empezó a urdir su novela.
En septiembre del año pasado, coincidiendo con la Feria del Libro de Madrid, lo entrevisté muy cerca de su casa madrileña, en la plaza Tirso de Molina. Estuvimos varias horas hablando sobre “Arde este libro” y nuestros años de la Movida, ambos vivimos aquellos tiempos con toda la intensidad que pudimos. Ambos amamos esos años de libertad que, desafortunadamente, no han vuelto. Me dijo: “A mí me gustaría apretar un botón y volver a aquel 4 de mayo de 1981 y volver a vivir los años de la Movida”, a mí también, y más ahora que he sabido por el también escritor Pere Cardona de su fallecimiento.
Ese día que estuvimos charlando, había quedado también con mi amigo Pere Cardona, que había venido a la Feria, para entrevistarlo. Coincidimos los tres y Pere me dijo que admiraba a Fernando y que si le podía hacer una foto a ambos con sus libros, cosa a la que accedí encantado y que ustedes pueden ver en este artículo. Pere creció leyendo sus libros, estudiándolos. Quizá de ahí el pulso narrativo que tiene en sus ensayos. Nos despedimos con un abrazo. No sabía que sería el último que le daría.
Durante el encuentro hablamos más del pasado que de su novela, aunque en esta hay mucho de su pasado, de sus recuerdos y de la tragedia que había vivido. Sufrió tres ataques de epilepsia y gracias al último de ellos, acaecido en la plaza de Santa Ana, salvó su vida. Durante un tiempo estuvo en terapia para superar sus problemas de alcoholismo, cosa que superó por su gran fuerza de voluntad y sus ganas de vivir junto a Rosa Huerta, autora de innumerables novelas juveniles, en alguna de las cuales también escribió sobre los tiempos de la Movida. En cierta ocasión, me contó la escritora que viajaban con frecuencia a la tierra de Fernando. En Bilbao, se encerraban en su casa y cada uno, en distintas habitaciones, escribía sus libros.
El pasado mes de noviembre almorcé en Úbeda con Espido Freire y Jorge Molist, allí estuvimos hablando sobre los muchos proyectos teatrales que compartían. A Espido se le notaba el afecto que sentía por él y lo mucho que disfrutaba compartiendo escenario con él y sus muchos nuevos proyectos que tenían en mente. Hablamos, también, de algunos recuerdos que pude compartir con él y los tres mostramos nuestra profunda y sincera admiración por su obra y por su persona. Su inmensa bonhomía y talento acaba de quedar truncado por un lance del destino.
Fernando ganó durante su carrera varios premios literarios. En 2001 se hizo con el Premio Nadal con “El niño de los coroneles”, en 2005 el Ateneo de Sevilla con “El mundo se acaba todos los días”, en 2006 el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil con “Cielo abajo”, en 2010 el premio Primavera con “Todo el amor y casi toda la muerte” y en 2015 el Premio Biblioteca Breve con “La isla del padre”, donde volvimos a coincidir, entre otros muchos premios literarios.
En la clasificación del año pasado sobre los mejores libros publicados en 2021, “Arde este libro” ocupó la tercera posición. Como hemos dicho, una obra magnífica y fundamental para conocer no sólo el periodo de la Movida sino la vida misma del autor bilbaíno. Valga esa recomendación nuestra como homenaje a una intensa y torrencial vida y a una excepcional obra que seguirá creciendo en el tiempo en el corazón de todos los buenos lectores. Descansa en paz, amigo Fernando. El destino nos ha privado de seguir compartiendo tu compañía, pero siempre te tendremos en nuestros corazones.
Puedes comprar el libro en:
Si (
No(
