La editorial Alrevés está dedicada a la novela negra, “Arde este libro” se sale un poco de sus parámetros habituales, aunque la obra tiene mucho de negro. “La editorial tiene la idea de ampliar un poco su temática. Ya he colaborado con ellos en varios proyectos como la colección HNegra o un libro sobre Frankestein, donde se revisa este mito. Estoy muy contento con la editorial que se ha tomado con mucho amor mi libro. Tienen un equipo muy implicado con mi nueva obra”, dice el escritor bilbaíno en una conocida taberna de la Plaza Tirso de Molina, cerca de donde vive y escenario de parte de la novela. Fernando Marías reconoce que un libro, necesita el apoyo de un editor y más si el libro “es extraño, oscuro, complejo y negro, además de autobiográfico. Además, un homenaje a Verónica, mi pareja de esos años. Cuando murió, hace nueve años, me enteré que la habían incinerado con mi primer libro entre sus manos. Desde entonces tuvo la intención de contar su historia y el resultado es Arde este libro”, explica de manera parsimoniosa, pero emocionada. Cuando murió en Francia Verónica, llevaban ya unos cuantos años separados. Pero no importa, el recuerdo de esa imagen que no vio con el libro entre sus manos era tan fuerte que así decidió comenzarlo y… “me dejé llevar. No es un libro con una gran trama. Es el libro de una relación de más de 20 años con una persona, escrito desde el instinto y la indagación. En un principio, no sabía bien lo que iba a contar. De todo el posible material que tenía, fui cogiendo lo que quería resaltar. Creo que había que contarlo y dar su importancia a lo que nos fue trayendo la vida. Es la herencia de ella, todo un saldo de su vida”, reflexiona el autor bilbaíno.
Marías es contrario a definir las obras. “Una novela es buena o mala, te atrapa o no”, afirma. En “Arde este libro”, hay apenas elementos de ficción, pero no me atrevería de calificarla como autoficción. “Menos de 1% es ficción. Todo lo que se cuenta es verdad. La memoria para mí es una novela, sobre todo cuando empecé a desarrollar mis sueños de adolescencia y de épocas posteriores”, señala y agrega “no sé cómo hubiera sido mi vida si no me cruzó con Verónica o si no hubiese estudiado en Madrid”. “El rock es épica”De todos los escritores con los que he hablado y que han escrito sobre La Movida, Fernando Marías es el que mejor ha sabido recoger el sentido y el sentimiento de aquella época. “El rock estaba en todos los sitios. El rock es épica. Toda aventura humana tiene una parte épica”, sostiene y añade “en aquellos años hubo una eclosión de la vida fascinante. No era plenamente consciente de lo que vivía, pero estaba latiendo dentro de mí”. Todo comenzó en 1975, “No sabíamos lo que iba a pasar con el país. Había mucha incertidumbre. Si tuviese que escoger el año de mi vida, sería ese año, el primer año en la Facultad de Ciencias de la Información donde estaba estudiando Imagen. Fue cuando empezó nuestra historia de amor y fuimos tan felices que hasta dolía”, recuerda el escritor con cierta nostalgia. Después comenzarían los años de la Movida y del rock. Había tantos locales de música que era imposible no toparse con ellos. “Fue la época más libre que hemos vivido. Madrid tenía una identidad propia y había una solidaridad infinita en sus calles. Siempre se tenía la sensación de que estabas a salvo, que no te podía pasar nada malo”, apunta de modo certero Fernando Marías.
El autor vasco reconoce que el alcohol fue determinante en su vida. “Verónica era pintora y la encargaron decorar el Pub Slogan de la Corredera Alta de San Pablo. La dijeron que el presupuesto era 0 (patatero), pero que la invitarían a todas las copas que se tomase. Así lo hicimos hasta que el dueño nos dijo que le estábamos arruinando y que trajésemos nosotros las botellas de ginebra, al menos. Yo no acabé como ella, tuve tres ataques de epilepsia –lo cuenta en el libro- y aquello me salvo la vida”, rememora.
“El alcohol es una elección personal, pero sería conveniente conocer lo que es una adicción. Un alcohólico sabe que se va a destruir, pero sigue bebiendo. Es como tener un monstruo dentro de ti, pero con vida propia”, reflexiona Fernando Marías. El autor dejó de beber por los ataques de epilepsia, pero Verónica no. Eso propició la ruptura entre ellos, pero la amistad continuaría. “Un ex toxicómano no puede vivir con un toxicómano, eso propició la separación. Yo siempre tuve un complejo de culpa porque la empujé a beber y yo me salvé . Eso es lo que he curado con el libro y por eso aviso del peligro que es el alcohol”, señala. Para finalizar, Fernando Marías comenta que durante la escritura de su libro sucedieron algunos hechos asombrosos. “Cuando estaba un poco atascado sucedieron hechos extraordinarios, como una cita mía en un paso de peatones cerca del sanatorio Esquerdo que pusieron Boa Mistura o el caso de la herencia. Se puede decir que la realidad me ayudó. He escrito un libro que me ha devuelto a la realidad”. El escritor vasco suele poner título a sus libros antes de comenzar. “Arde este libro” es una clara metáfora de la vida, una cierta evocación de que algún día todos arderemos. “Los recuerdos nos ayudan a vivir. Los viejos están siempre recordando. A mí me gustaría apretar un botón y volver a aquel 4 de mayo de 1981 y volver a vivir los años de la Movida”, concluye Fernando Marías. Yo apretaría ese mismo botón ahora mismo. Puedes comprar el libro en:
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