Miguel Rubio sitúa su novela en uno de los barrios más castizos de Madrid, Tetuán, que están cambiando su población gracias a la inmigración. Los protagonistas son absolutamente castizos y, a la vez, complicados. Todo lo complicado que pueden ser las gentes humildes de un barrio periférico a los que les pasa mil y una vicisitudes. Eso sin contar que el protagonista, le quedan sólo un par de meses de vida, quiere hacer un balance de su miserable vida. Todo un perdedor, al que le traicionaran muchos y le ayudaran pocos, aun así consigue salir a flote. En la entrevista, el autor nos cuenta algún secreto de su libro, pero sin dar muchas pistas para no desvelar la intriga. ¿Cómo surgió la idea de escribir “Suave como la lluvia? Bueno, yo no soy un escritor metódico en el sentido de llevar un estricto horario de oficina, emborronar folios e ir probando cosas hasta dar con algo interesante. Más bien lo que hago es un trabajo previo de reflexión. Es decir, voy descartando ideas, pero no me siento delante del ordenador hasta que no tengo algo claro. Espero a que se produzca esa especie de “click”, surge una idea afortunada que me permite tirar del hilo y, ahí sí, enseguida veo si hay una historia o no, y me lanzo a ello. En este caso el detonante no fue algo agradable, dos personas muy cercanas sufrieron enfermedades terminales en un corto periodo de tiempo y eso me hizo plantearme cómo se puede sentir alguien cuando le comunican que le quedan un par de meses de vida. Así empieza la novela, Pablo, el protagonista, está sentado escuchando como un médico le suelta esa frase capaz de destruir una vida entera. ¿Cuántas novelas lleva publicadas? Esta es la quinta. Anteriormente publiqué Ahora que estamos muertos, Todos los años perdidos, La ciudad rota y Tierra en la garganta. No está mal para alguien que pensaba que su carrera literaria empezaba y terminaba con la primera. Nunca esperé llegar hasta aquí, francamente. ¿En qué género encuadraría su nueva novela? Me resulta muy difícil encajar mis libros en un género concreto, porque todos ellos realmente contienen elementos de géneros literarios distintos, pero yo veo Suave como la lluvia como una novela negra, no en el sentido tradicional, pero sí en un sentido amplio. Mi impresión es que la novela negra actual va mucho más allá de las tramas estrictamente policiales y tiene que ver con una manera de enfocar la historia, con unos personajes concretos, también los escenarios, la forma de narrar lo que sucede y, por supuesto, los diálogos que para mi son muy importantes. En mi opinión, se trata del género que mejor está sabiendo contar la realidad actual. Por otro lado, es cierto que el libro encaja mejor en esa categoría a medida que avanza la historia, claro. El comienzo de la novela es muy costumbrista y a la vez actual. ¿Los escenarios de la novela son los que usted mejor conoce? Sí, en mis libros hay mucho de actualidad, como decía, de las cosas que me preocupan y que, creo, están en la base de buena parte de los problemas de nuestra sociedad. Esa preocupación social está presente siempre en mis novelas. También una cierta cotidianeidad. En cuanto a los escenarios, te diré que este libro se desarrolla en las calles por las que me movía en mi adolescencia. Supongo que me da seguridad manejarme en terrenos conocidos, creo que eso aporta verosimilitud a la historia. Para mí es fundamental creerme lo que escribo y que el lector también lo haga. En ese sentido, todas mis novelas tienen cosas tomadas de la realidad, de mi vida o de la vida de gente a mi alrededor. La novela está escrita en primera persona. ¿Es la forma narrativa en la que se encuentra más a gusto? Sin duda. No siempre lo he hecho, pero sí es la que mejor me permite situarme en la piel del protagonista. Me parece una formula que me facilita ese ejercicio de empatía al nivel que necesito para, como decía, hacer creíble al personaje principal y la propia historia. “La inmigración, como tal, no debería ser un problema para los lugares de llegada”En la novela trata temas generales como la inmigración, las drogas o la violencia de género. ¿Son las lacras principales de los barrios limítrofes madrileños? Supongo que son cuestiones presentes en todo tipo de barrios, quizá de los que nombras el tema de la inmigración sí esté más presente en los barrios limítrofes, y ese, precisamente, no tendría que ser un problema si estuviese gestionado de un modo diferente. Quiero decir que la inmigración, como tal, no debería ser un problema para los lugares de llegada. En todo caso lo es para el que tiene que abandonar su lugar de procedencia y, en muchas ocasiones, a su familia. Pero es evidente que no se está tratando adecuadamente y ahí es donde surgen los conflictos. Y también hay pasajes muy intimistas y personales. ¿Qué papel juega la psicología en sus libros? Me interesa mucho la psicología de los personajes, no sólo lo que hacen sino, también, por qué lo hacen. Sus dudas, sus contradicciones. En ocasiones me han comentado que mis libros son duros, es cierto, pero también hay, como tú bien dices, Javier, pasajes muy intimistas que son muchas veces el motor de la historia, donde se explican, en buena parte, las razones de los personajes. Esta es una novela negra e intimista, si es que eso tiene sentido. Supongo que sí. ¿Y los recuerdos? ¿Las decisiones en la juventud forman la vida de adulto? Yo soy, en cierto modo, un tipo nostálgico, aunque procuro tener controlada esa tendencia. Pero, desde luego, no quiero abandonarla, porque ahí está el relato de lo que somos. Ya sabes que algunos dicen que la patria de un hombre es la infancia. Y, psicológicamente, ciertos acontecimientos importantes que vivimos en ese periodo nos determinan para lo que vayamos a ser después. También la adolescencia es una etapa que me interesa y que influye enormemente en todo lo que viene a continuación. Puede que cualquier persona a lo largo de la vida no tenga que tomar, realmente, más que un puñado de decisiones verdaderamente importantes, y seguro que alguna de ellas es en su primera juventud. También es una novela donde la amistad está muy presente. ¿Qué significa la amistad para el protagonista y para usted? Yo siempre he tenido un alto concepto de la amistad, aunque he aprendido que su significado va cambiando con el paso del tiempo. En el caso de Pablo, bueno, está claro que es un tipo solitario, con muy pocos asideros firmes a los que agarrarse. Pero, también es cierto que en el momento más complicado de su vida va a poder contar con alguien. Alguien va a estar ahí para él. ¿Cómo definiría a su protagonista Pablo? Pablo es un tipo que, a lo largo de su vida, no ha sabido tomar las decisiones que le hubiese gustado tomar. Es un tipo atrapado, precisamente, por su falta de coraje. Un hombre al que el mundo se le ha ido haciendo cada vez más pequeño. Alguien que simplemente se dedica a sobrevivir. Curiosamente todo eso va a cambiar cuando le comunican que se le acaba el tiempo. Que la cuenta atrás ha empezado.
Hay ciertos acontecimientos en la vida de Pablo que le hacen cambiar la perspectiva de su vida. ¿Qué forma más como persona, las decepciones o los logros? Bueno, ya sabes lo que dicen: una persona inteligente se recupera de un fracaso, mientras que un imbécil nunca se recupera de un éxito. También hay algún campeón de boxeo que ha comentado que aprendió más de una derrota que de toda una carrera de victorias. Pero, vaya, tampoco podemos obviar la satisfacción que producen los logros, sobre todo si son trabajados. Volviendo al boxeo, se utiliza mucho aquella expresión de: “si no duele, no vale”. Las cosas bonitas siempre suponen esfuerzo. Y ahí también se aprende. ¿Es difícil cumplir los sueños? Claro. Aquí nada es gratis. Y cuanto antes lo aprenda uno, tanto mejor. Se ahorrará decepciones y tiempo perdido. ¿Usted los ha cumplido con esta novela? Sí. Bueno, los he cumplido con todas y cada una de ellas. Yo empecé a escribir tarde y no quisiera ponerme cursi, pero todo esto lo considero un regalo de la vida. Al principio comentaba que después del sueño que fue publicar mi primera novela no pensaba que hubiera más. Ese sentimiento lo he tenido con cada una de ellas. No quiero ser un autor con muchos títulos que termine repitiéndose. Escribiendo con el piloto automático. Y, probablemente, un escritor tenga un número concreto de historias antes de que eso le suceda. Siempre que publico una novela creo que será la última, de modo que cuando completo otra es como una bola extra. Otro sueño cumplido. El gran amor de Pablo es Eva, una persona muy manipuladora. ¿Cómo la definiría? ¿Es la piedra angular de la novela? No quiero hablar mucho de Eva para no desvelar nada. Pero, aunque Pablo es el protagonista, presente en todos los capítulos, toda la historia gira, efectivamente, alrededor de ella. Eva es el motor de la historia. El personaje clave. Y ella sí sabe lo que quiere. ¿Cree que sus obras son visuales? Sí, creo que es algo bueno y desde luego siempre lo he pensado, pero es que, además, los lectores me lo dicen continuamente. Ya me he acostumbrado a que me pregunten sobre cuándo una de estas historias terminará en el cine. En estos años ha habido un par de intentos que, finalmente, no han salido adelante. Esperemos que a la tercera sea la definitiva. Sería interesante. Productores cinematográficos, tomen nota, los lectores esperan. Para terminar, ¿“Suave como la lluvia” es su novela de la que más satisfecho está? No me atrevo a contestar a eso, Javier, porque con todas estoy razonablemente satisfecho. Es cierto que con el tiempo uno cambiaría cosas, pero, bueno, están bien así. Además, cuando hablo con alguien que ha leído todos mis libros, siempre le preguntó cual le ha gustado más, y cada lector me dice uno. Eso me gusta. A mí me parece que todos están bien ¿qué te voy a decir? Lo que sí creo es que al leerlos se sabe que son historias mías y eso ya es mucho. Puedes comprar el libro en:
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