"En Cuba nos enseñaron a leer a todos los ciudadanos y cuando todos supimos hacerlo, nos piden que estuviéramos en silencio", cuenta el guantanamero ante un auditorio atento a sus venturas y desventuras. "La cultura cubana está muy cerrada entorno a los poderes políticos, realmente hay dos culturas, una a cada orilla del océano. Pero gracias a Dios podemos contar con una inmensa resistencia cultural en la isla", dice.
Amir Valle tiene mil y una anécdotas para contar sobre lo que ocurre en su país y eso que en 2005 salió de la isla para promocionar un libro y ya no le dejaron volver a su casa. "Soy un desterrado más que un exiliado. Nos tuvimos que quedar en Europa mi mujer y yo. Mis hijos estaban en la isla y fue Gabriel García Márquez el que ayudó a uno de mis hijos para que pudiese reunirse con nosotros", afirma el autor cubano.
El escritor de Cuba se muestra muy crítico con la dictadura cubana. "Durante la conocida como primavera negra de 2003, 75 periodistas cubanos que escribían desde la isla en publicaciones internacional fueron apresados y eso que no se publicaba nada de los que escribían en Cuba", refiere. Amir Valle ha conseguido diversos premios literarios, algunos de ellos en la propia isla donde sigue siendo muy conocido por el público en general. "Y eso que Cuba está muy atrasada en cuanto a tecnología, fue el país en que más tarde llegó Internet. El afán de controlar la información es tan grande que no se les escapa nada", subraya.
Todo un descenso a los infiernos es lo que ha contado el escritor en su serie de novelas negras que llevan ese nombre. "La prostitución, la corrupción y los crímenes que se cometen en nombre a la Revolución son los temas que trato en esas novelas. Algunas se han convertido en bestsellers underground. Y la verdad es que han tenido mucho apoyo, incluso García Márquez ayudó a promocionarlas en su momento", se sincera el escritor que dice entre bromas y veras que "lo único que echo de menos del país son las playas". Desde Berlín, ciudad en la que reside, no me extraña que las eche de menos con el frío que debe pasar el pobre, por eso ocupa todo su tiempo en escribir y apenas se levanta de su mesa de trabajo.
"Leonardo Padura nos abrió la puerta de la novela negra a los escritores cubanos"
"Actualmente, es muy sencillo saber cómo piensa un cubano y eso que va cambiando de año tras año. Cuba padece un trauma humano que puedo seguir contando. Hace 17 años que vivo en Alemania. Lo más duro para mí fue no poder asistir al funeral de mi madre", rememora. Emir Valle lleva a gala su condición de periodista. "Investigue mucho sobre el mundo de la corrupción en Gineteras y otros libros, eso me hizo que desembarcase en el mundo de la novela policiaca, conté cómo era el mundo de la prostitución y sus ramificaciones criminales. Fue Leonardo Padura el que nos abrió la puerta de la novela negra a los escritores de mi tierra", apunta.
Cuando las empresas periodísticas se quedan en manos del gobierno, ya no hay información sino propaganda
Quizá porque desde la ficción, aunque basada en hecho reales, se puede contar lo que no se puede hacer en la isla caribeña desde los periódicos. "Cuando las empresas periodísticas se quedan en manos del gobierno, ya no hay información libre sino propaganda", asevera con convicción y sin pelos en la lengua. Para él, "la censura que se da en Cuba es para intentar salvar lo poco salvable del proyecto de Fidel Castro".
Ahora que está de plena actualidad la rivalidad entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez a raíz de la publicación de "Los genios", de Jaime Bayly, el autor cubano desterrado quiso puntualizar que "García Márquez ayudó a muchas personas en contra del criterio de Fidel, es hora de contar todo lo que hizo a favor de los que estaban en contra del dictador. Ha sido muy controvertido durante mucho tiempo, ha sido un fenómeno difícil de entender".
Ya han pasado más de seis años desde la muerte de Fidel Castro, pero según Amir Valle "los cubanos siguen gravitando entorno a Fidel aunque para los cubanos está prohibido escribir sobre los héroes de Cuba", concluye el escritor. Todo un contrasentido para un país que ha quedado anclado en los años sesenta pese a la sabiduría popular de la gente común de la isla. ¿Podrá la literatura de Amir Valle romper esa dinámica? No lo sabemos, pero sus libros ayudan a comprender en el sinsentido en el que continúan viviendo.