El autor de “Nocturnalia” ha conseguido una novela muy documentada en los muchos ritos que se toleraban en Roma hasta el siglo III, poco después cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial fueron perseguidos. Hubo hasta quema de brujas, como sucedería siglos después por toda Europa. Joel Santamaría ha escrito una obra muy ágil y entretenida donde describe una investigación sobre ciertos asesinatos ocurrido en la capital de la Hispania Citerior. En la entrevista, nos cuenta algún secreto sobre esos cultos mistéricos y deja la puerta abierta para que los lectores disfruten con los muchos misterios que hay en su novela. “Nocturnalia” es su tercera novela y la segunda histórica. ¿Qué le atrae de la novela histórica para haber dedicado dos de sus obras a dicho género? Para mí la novela histórica, si está bien hecha, permite al lector realizar un viaje a otra época, un viaje en el tiempo. Ahora bien, no me gustan la mayoría de obras históricas contemporáneas porque los personajes dan la impresión de ser personas actuales disfrazadas con túnicas, a juzgar por el modo como actúan, hablan o piensan. En mi caso, para escribir novelas históricas me baso y me inspiro en obras literarias escritas en el periodo en el que están ambientadas, para que mis personajes hablen, sientan y piensen como gente de la época. Escribo las novelas históricas que me gustaría leer. En “Dies irae” trata la Edad Media, en esta ocasión se centra en el Imperio romano en decadencia. ¿Qué es lo que más le llama la atención de esa Roma ya en descomposición? En primer lugar, que es un periodo de cambio, de transición entre una época y la otra. En “Nocturnalia” hay disputas entre los paganos y los cristianos; Constante, el protagonista, es un caballero catafracto, clarísimo antecedente del caballero medieval, otro de los protagonistas, Rodrigo es de origen visigodo, etc. Aparte de eso, hay ciertos elementos de esa época que coinciden con la nuestra: desaparición de la clase media y empobrecimiento general de la sociedad mientras los ricos se hacen cada vez más ricos, una pandemia que mata a mucha gente y hunde la economía de la época (la Peste Cipriana), un brusco cambio climático de inviernos extremadamente fríos y veranos secos, el abandono de la religión tradicional, migraciones masivas de los pueblos bárbaros hacia los territorios del Imperio Romano… Como escenario ha elegido la ciudad de Tarraco, capital de la Hispania Citerior y una de las principales ciudades de toda Hispania. ¿Era una ciudad muy adecuada para la trama de su libro? ¿Por qué la escogió? Yo vivo al lado de Tarragona y muchas veces me paseo por sus ruinas. Para mí es un paisaje casi cotidiano. Además, la ciudad de Tarraco sufrió con especial virulencia esta crisis del siglo III que describo en “Nocturnalia”. La mitad del casco urbano quedó abandonado. Mientras los edificios imperiales de la parte alta mantenían su esplendor, los de la parte baja estaban en un estado semirruinoso, sin duda a causa del reciente saqueo bárbaro y del empobrecimiento general. A finales del siglo III d.C. Roma había comenzado su decadencia. ¿Al estar alejada de la metrópoli era más fácil que el ocaso comenzase antes? El ocaso ocurrió principalmente en la parte occidental del Imperio, da igual si estamos hablando de la ciudad de Roma o la de Tarraco. La parte oriental, en cambio, resistiría mil años más, en forma de Imperio Romano de Oriente o Bizancio. ¿Cuánto tiempo ha dedicado a la documentación sobre este periodo? ¿Ha sido fácil encontrar fuentes solventes? La gran fuente histórica de esta época es la “Historia Augusta”, que para mí resulta una lectura apasionante. Aparte de esa crónica y de varios libros de historia convencionales, me he inspirado en novelas romanas de la época, como el “Asno de oro” de Apuleyo, las “Etiópicas” de Heliodoro o “Una historia verdadera”, de Luciano de Samosata. ¿Cómo maneja en “Nocturnalia” la combinación de personajes ficticios con situaciones históricas? Sitúo a personajes complejos, con un pasado repleto de sombras a sus espaldas en un contexto histórico real como, por ejemplo, la conquista de Palmira, bien documentados en las crónicas y los libros. ¿Ha incluido algún personaje histórico? Hay tres: los emperadores Aureliano y Probo, y el gobernador de Tarraco, Emiliano, que hizo martirizar a san Fructuoso. ¿A qué cree que es debido que esa época sea tan desconocida para los lectores españoles? Es desconocida para los españoles y para todo el mundo en general. No hay películas, ni series, ni novelas históricas que estén ambientadas en el siglo III. Y hay muy pocas que traten los elementos fantásticos de brujería o de magia negra que aparecen en Nocturnalia. Sin embargo, se escriben muchas novelas sobre Roma y sus provincias. ¿Por qué cree que los lectores se interesan tanto por el mundo romano? Quizás sea porque advierten cierto paralelismo entre la sociedad romana y la occidental, y porque les demuestra que las cosas no son eternas, que quizás nuestra sociedad actual acabe desembocando en una nueva Edad Oscura. "Quizás nuestra sociedad actual acabe desembocando en una nueva Edad Oscura"Los protagonistas de su novela son el centurión Constante Barsemis y su liberto Elio Rodrigo. ¿Cómo los describiría? Los dos son expatriados, extranjeros asimilados por el Imperio Romano, Constante es de origen árabe y Elio, de origen godo. Además, sirviendo a las legiones, ambos se han visto obligados a luchar contra su propio pueblo. La relación que tienen entre ellos es afectiva, similar a la de un padre con su hijo.
En Tarraco se cometen ciertas masacres de familias y Barsemis y su cuñado el edil Julio Natal deciden investigar los hechos. ¿Qué tiene su novela de policiaca? De policiaca convencional muy poco, ya que los asesinatos se han cometido mediante magia negra y en realidad forman parte de una trampa tendida por un viejo enemigo de Constante para atraparle. Sí que hay, de todos modos, una descripción bastante exhaustiva de cómo se investigaban y castigaban los crímenes en aquella época. Descripción que he tenido que investigar yo mismo porque en las novelas “policíacas de época romana”, por mucho éxito que tengan, no resulta creíble ni verídico el modo en el que se investigan los crímenes. Nos estamos acostumbrando a que muchas novelas del género se califiquen de thrillers histórico. ¿Se atrevería a calificar la suya igual? La mía es una combinación de géneros tan diversa que sobrepasaría la etiqueta de thriller. Aparte del género histórico y el de novela negra, encontraríamos el de terror, el sentimental, el épico, el de espada y brujería… También hay un elemento fundamental en su novela que es la magia. ¿Había muchos cultos mistéricos en Roma? ¿De dónde provenían? Los cultos mistéricos eran cultos con ceremonias secretas; algunos de ellos eran perfectamente tolerados, como el mitraísmo, o el de la diosa Isis, de orígenes orientales y egipcios, respectivamente. El que se rendía a las divinidades infernales, Plutón, Proserpina y Hécate, por el contrario, era severamente prohibido porque se relacionaba con la magia negra; esto es, la profanación de cadáveres, la resurrección de muertos, los hechizos, las maldiciones… ¿Hubo persecución en Roma a estos cultos? Hubo quemas públicas de brujas y de hechiceros desde la época de la República hasta fines del Imperio. Es un tema poco conocido por el gran público. En el siglo III no se permitía el catolicismo en Roma, no sería hasta el 313 cuando se legalizase. ¿Cómo afectó esa promulgación para todo este tipo de cultos? Los cultos infernales siguieron penalizándose con la muerte, simplemente se cambiaron los nombres de las divinidades paganas por otros de demonios que aparecen en la Biblia. En la novela utiliza alguna analepsis sobre el pasado, en concreto a la ciudad de Palmira, otra magnífica ciudad romana de Siria. ¿Por qué la escogió? La ciudad de Palmira me interesa por dos motivos: primero, porque fue la capital de la reina Zenobia, una figura histórica igual de interesante que la reina Cleopatra pero poco o nada tratada en el cine, las series y las novelas históricas.; segundo, porque Palmira se mantuvo prácticamente intacta en medio del desierto hasta que el Frente Islámico la dinamitó hace un par de años. La voz narradora comienza en primera persona, pero se vuelve poco a poco en un narrador omnisciente. ¿Por qué eligió hacerlo así? En un principio, toda la novela estaba escrita en primera persona y una correctora de la editorial me aconsejó pasarla a tercera. Yo le hice caso parcialmente. Decidí alternar la primera persona con la tercera para que la acción ganara en dinamismo. Espero haberlo conseguido. La gente que se ha leído mi novela me ha asegurado que se lee rápido y que ha aprendido un montón de cosas sobre el Imperio Romano que desconocía. Puedes comprar el libro en:
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