El evento contó con la organización de diferentes actividades a lo largo del día, desde las 18h hasta medianoche, y reunión a unas 600 personas que visitaron el mercadillo de expositores de productos regionales, participaron en unos talleres participativos de pequeño formato, en la proyección de película Absolute beginners de Fabrizio Terranova.
El acto más relevante de la jornada tuvo lugar en el anfiteatro de la institución con el debate sobre el “compromiso”, que tuvo como intervinientes al escritor argelino Yasmina Khadra, la experiodista de Charlie Hebdo Caroline Fourest, muy comprometida con el feminismo y el periodista español Alfonso Armada. El encargado de moderar el debate fue el sempiterno corresponsal del diario Liberation en Madrid Françoise Musseau, que supo en todo momento mantener durante el debate un soberbio pulso intelectual. En esta ocasión, el Institut français de Madrid construyó la Noche de la Ideas con la Fundación Daniel y Nina Carasso, en torno al lema y título “Comprometidxs con lo vivo”, contando también con la colaboración de Diario Vivo, que presentó un formato innovador con la irrupción de dos historias íntimas sobre el “compromiso”, contadas por personalidades muy especiales.
La Noche, que reunió a unos invitados de diversos horizontes intentó contestar a las preguntas ¿Qué significa estar vivo? ¿Cuál es nuestro lugar en el mundo de lo vivo? ¿De qué manera el hecho de estar vivos nos obliga a actuar, a estar vivos en el compromiso para dar sentido a nuestros actos y existencias? El grupo musical Antropoloops clausuró la velada con una propuesta artística de músicas del mundo.
Anne Louyot, Consejera Cultural de la Embajada de Francia en España, Directora General del Institut français de España agradeció, en su intervención, la enorme participación y la gran acogida por parte del público del evento, y recordó que “era la gran fiesta de las ideas”.
Añadió que “este año, la Noche de las Ideas giraba en torno al tema “Estar vivos” y que habíamos declinado el tema en torno a “Estar vivos en el compromiso” siguiendo el pensamiento de Hannah Arendt, una autora que reflexionó de forma muy profunda sobre la necesidad de construir la condición humana propia en torno a una vida activa con la acción y el compromiso en el núcleo de la vida”.
“La Noche de las Ideas se plantea como un punto de encuentro para reflexionar sobre nuestro papel como personas y como sociedad en un momento en el que afrontamos desafíos como el cambio climático, la lucha contra la desigualdad o la sobrepoblación. Por eso, queríamos invitar a todos los asistentes a replantearse su compromiso con lo vivo bajo el prisma de la cultura, el arte y la sostenibilidad”, aseguró Isabelle Le Galo Flores, Directora para España de la Fundación Daniel y Nina Carasso.
Refiriéndose a la grave crisis que atraviesa la humanidad, Yasmina Khadra recordó que “el ser humano nunca ha logrado estar a la altura de la generosidad que ha recibido, La tierra nos lo da todo. Todo lo que da es para nosotros: cuando el ser humano necesita vitamina C, la tierra le da naranjas y limones. Somos el príncipe de la creación pero ¿qué estamos haciendo? Descomponernos, destruirnos? Descomponer nuestra propia mentalidad. El ser humano es su propio enemigo, cosa que no entiendo: sólo tenemos una vida. La vida es un soplo, es una estrella fugaz que desaparece en el cosmos y sin embargo estamos aquí haciendo el mal, destruyendo todo lo que podría hacer su felicidad. Es terrible”.
Sobre el desierto, el autor argelino lo definió como: “El desierto tiene su filosofía, nos devuelve a nuestra finitud. Es una llamada al orden que nos dice: ¡haced algo bueno con vuestra vida!” “El ser humano está fascinado por el horror. Cuando hay un accidente, uno se para para ver lo que ha ocurrido. Nos vuelve a nuestra fragilidad. El desierto es una forma de sabiduría. En el desierto, he visto grandes ríos que ya no están allí. Veo por dónde pasaba el agua. Nosotros que tenemos una fecha de caducidad a corto plazo, estamos destruyendo todo lo que podría hacernos felices. Creo que antes de respetar a la naturaleza, hay que respetar al ser humano y respetarnos a nosotros mismos. En las mismas familias, podemos encontrar a nuestros peores enemigos. ¿Por qué buscarlos fuera? La esencia de la naturaleza, somos nosotros mismos. Somos los “mitos” como dijo Camus porque tenemos la inteligencia y la posibilidad de cambiar las cosas. En lugar de conquistar nuestra felicidad, vamos a lo desolador, hacia las tinieblas”.
La periodista Caroline Fourest reconoció que “la nueva generación está tomando consciencia más que nosotros de lo urgente que es afrontar esto porque el planeta está al límite de lo posible. El planeta está revelándose contra nosotros. Es una cuestión de supervivencia el sacar las lecciones pertinentes”. “Para los árboles, lo importante es que vuelvan a crecer. Hay que crear una economía compartida que permita hacer pactos de paz como sucedió entre Mozambique y Suráfrica. Antes, los guardias forestales ponían minas en las fronteras, ahora las están quitando. Es un combate muy urgente. Otra pregunta que deberíamos de hacernos, es sobre una cuestión tabú que es la sobrepoblación: somos muchos en este planeta hoy en día. Pasamos de los 2000 millones de habitantes en 1950 a casi 8000 millones y ganamos casi 1000 millones de habitantes cada año. El planeta se va a revelar contra nosotros. Lo anterior mencionado nos empuja a estos compartimientos destructivos. Pero los recursos maravillosos que nos da la tierra no son inacabables”.
Yasmina Khadra, además, habló de su uso de la escritura para transgredir las prohibiciones de la censura, combatir el pensamiento único, denunciar los extremismos religiosos y luchar contra el terrorismo. De ello, el autor argelino sabe mucho. Cuando llevaba seis libros publicados tuvo que cambiar su verdadero nombre por el de su mujer para así poder seguir publicando. Su última novela acaba de ser publicada en España por Alianza Editorial y lleva el título de “La deshonra de Sarah Ikker”, que versa sobre la mujer de un militar marroquí.
La excolaboradora de Charlie Hebdo y cronista de Marianne, Caroline Fourest, centró su intervención en la libertad de prensa, el feminismo y la lucha contra los integrismos.
Por su parte, el periodista y escritor Alfonso Armada compartió con el público su larga trayectoria dedicada a informar, a riesgo de su propia vida, sobre los principales conflictos armados que han devastado nuestro planeta en los últimos treinta años, desde el asedio de Sarajevo hasta el genocidio de Ruanda o los atentados de Nueva York en 2001. El escritor supo contar con emoción su experiencia en los distintos escenarios bélicos y las dificultades que tuvo con su director para desplazarse a distintos escenarios.
La noche terminó con un concierto de Antropoloops, un proyecto artístico que combina remezcla musical y visualización de datos.
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