El pasado cinco de Julio se ha presentado en Madrid en la Asociación de la Prensa el último trabajo del periodista Jaime Barrientos. Autor que ha sabido en todas sus obras compaginar dos facetas nunca bien comprendidas: La Realidad y la Ficción.
El autor ha estado acompañado de dos personalidades con una amplia trayectoria en el mundo profesional el Padre Ángel fundador de Mensajeros de la Paz que a sus ochenta y dos años tiene ya publicado su último trabajo «Un mundo mejor es Posible» y el periodista y escritor Faustino Castilla director de la ya conocida y veterana Revista de Viajes y Turismo que pronto tendrá en las librerías su trabajo sobre «La Ruta de la Seda». En dicho encuentro han hablado de sus múltiples experiencias y ha servido para recordar uno de los viajes que Barrientos realizó según sus palabras.
«Con Mensajeros de la Paz fui a rehabilitar el Hospital Infantil de Bagdad y a atender una serie de centros de niños con Síndrome de Down. Me tuve que volver pues a mí nadie me había dicho que a las mafias locales hay que dejarles robar, un diez, un treinta y hasta un cuarenta por ciento... Me negué y tuve que volver escondido debajo de una manta en un 4X4» No sabemos como apunta la editorial si estamos ante una obra de un niño tipo Lazarillo de Tormes al que el destino golpea una y otra vez obligándolo a ser adulto antes de tiempo o si estamos ante un personaje que busca «La Espada de Alejandro Magno» algo que todos aunque digamos que no, buscamos.
Lo que sí es cierto en palabras de Javier Urra autor del prólogo es que «Con un pie en Occidente y otro en Oriente, Jaime Barrientos enseña, juzga, se cuestiona, una amalgama llena de flores, sabores, de tacto. Un mundo de sentidos, de sensaciones nos embarga, nos traslada, nos envuelve». Al terminar su lectura y al acabar la presentación del mismo da la impresión ( no siempre) de que las palabras se quedan en eso, en palabras, y los hechos no sabemos en donde buscarlos. Una novela que si ustedes no la tienen les recomendamos que la compren e igual que han escuchado al Padre Ángel o a Faustino Castilla y al propio autor no podrán levantarse del sillón sin haberla acabado. ¿Está la editorial a su altura?
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