Este año ha publicado dos libros, el ensayo esotérico “Ooparts”, del que hablaremos en una próxima ocasión, y la novela “La espada de Alejandro” publicada por la joven editorial Nuevos Ekkos. El autor nos dice que cuenta una leyenda oriental que quien posea la espada de Alejandro Magno conquistará el mundo, de ahí parte la gran peripecia del libro. “En la novela, yo se la atribuyo a Felipe II, a Napoleón y a Hitler”, cuenta el escritor madrileño nada más comenzar la entrevista. Estos personajes llegaron a controlar gran parte del mundo, pero tuvieron un final bastante truculento, salvo Felipe II, pero murió entre fortísimos dolores retirado en su monasterio del Escorial.
El protagonista principal de la novela es Ismael, un joven marroquí hijo de un terrateniente del Rif y de madre española. Comienza la novela cuando tiene 26 años, habiendo sido víctima de un accidente da con sus huesos en un hospital. Es en ese momento cuando empieza a hacer balance de su vida. La novela está contada en primera persona por este joven que va recordando su infancia en Marruecos, su paso del estrecho hasta España donde se hace un niño ladrón, posteriormente en la adolescencia se convierte en chapero, se engancha a la heroína y termina como paseante de varias Miss Daisy. “Los chicos se convierten en chaperos para ganar dinero, pero como suelen ser heterosexuales y no les gustan las relaciones sexuales homosexuales, terminan enganchados a las drogas”, cuenta Jaime Barrientos que ha conocido muchos casos de esos en la ONG que dirige ACOREIN, dedicada a sacar de la calle a jóvenes emigrantes.
“Para mí, la prostitución es violencia del dinero, que no deja marcas físicas pero sí psicológicas”, afirma contundente el escritor. “Esos chicos sienten asco de lo que hacen por dinero y para olvidarse de esas experiencias caen en la drogadicción. Todo lo que cuento en la novela es real, lo que no es real es la trama. Para confeccionar algunos personajes me he basado en personas que he conocido”, cuenta Jaime Barrientos mientras tomamos un café. Algunos de esos chicos de los que habla el autor de “La espada de Alejandro” se encuentran muy cerca de nosotros. “En la Puerta del Sol puede haber en la actualidad unos 60 chavales ejerciendo de chaperos a diferentes horas del día. Y en España puede haber más de 1.000 chaperos juveniles, la mayoría de ellos vienen de Marruecos o de Rumanía, pero hace unos años, sobre todo en los ochenta, venían de lugares de la península como el País Vasco”, cuenta con minuciosidad.
Hay varias ONGs que se dedican a ayudar a estos chavales pero sólo pueden hacerlo hasta que cumplen los 18 años, después quedan desamparados. “En ACOREIN les doy cama, comida y cursos de alfabetización”, señala Jaime Barrientos y añade “el organismo de la policía dedicado a estos niños, la GRUME, se preocupa muchísimo por estos chicos, también los jueces y fiscales dedicados a los niños”.
“La pobreza es un injusticia”
Jaime Barrientos es consciente que no todas las acciones para proteger a estos chavales concluyen con buen fin. “Muchas veces se pierde mucho el tiempo en la burocracia, hay un dicho marroquí que dice: el tiempo echado a perder es como intentar coser las olas del mar”, apunta el escritor y periodista. Pero sin el esfuerzo de estas personas altruistas, el panorama sería aún peor. “Se debe poner cara y nombre a la ayuda que se presta. La pobreza es una injusticia y todo lo que hagamos es poco para solucionarlo”, enfatiza.
“He pretendido escribir una novela total, quitando el teatro, he utilizado todos los estilos narrativos. Es un libro de viajes, de aventuras, de acción, etc. Algunos de los capítulos son muy duros, en especial cuando cuento las condiciones durísimas en las que viven los chavales en Marruecos, quizá por eso hagan de todo lo necesari para sobrevivir”, explica de manera pausada pero firme. La novela se desarrolla en varios países, además de España y Marruecos. El periplo de Ismael se desarrolla en Egipto, Iraq, Israel, Hungría y Francia. “También hablo de los nazis en la Francia ocupada”, puntualiza, tema que le atrae.
El autor se muestra preocupado con la credibilidad de la novela. “Para conseguirla hago que el protagonista Ismael pasa por diferentes hospitales y así pueda cultivarse, leer y aprender idiomas. Para mí es muy importante que todo cuadre”, asevera rotundo este periodista y escritor que ha recorrido buena parte del mundo y conoce de primera mano lo que sucede en nuestro país vecino del sur. “Yo, allí, soy peligroso para el poder porque se hablar árabe y puedo comunicarme con ellos”, concluye el autor de “La espada de Alejandro" que ha escrito una novela de alto contenido literario.
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