Las ganas de hablar sobre libros son imparables, y aunque ahora mismo los lectores no se puedan juntar físicamente para hablar sobre sus lecturas favoritas, en la editorial Espasa seguimos haciéndolo a través de encuentros virtuales. La pandemia, como todos han comprobado, ha echo que las cosas sucedan de otra manera. Es lo que pasó con Ni locas, ni tontas. El confinamiento no permitió su presentación.
En este año 2020 hemos hecho de la necesidad virtud, como dice el refrán y gracias a las tecnologías, en la que no todas estamos muy duchas, conseguimos online superar momentos dramáticos metiéndonos entre páginas con otras perspectivas. De los estupendos y pasados encuentros presenciales con abrazos hemos cambiado a pantalla de ordenador, pero gracias a ello seguimos disfrutando de la crítica y tertulia como así ha sido comentando el último libro de María Pérez Herrero, Ni locas, ni tontas que estuvo moderado por Lucía García Rodríguez, presentado por Hortensia Bua con aportaciones certeras de Juana Anadon, y análisis pormenorizado de Blanca Cabrero, ambas catedráticas de literatura.
La novela de María Pérez, es ideal para acercar al gran público la figura de grandes mujeres colocadas en su contexto, el Madrid de los años 30. Un universo rico y poco conocido. De esta novela podrían salir muchas más. Debemos reforzar la historia novelada de muchos personajes reales para hacer accesible sus vidas.
Para Hortensia Bua: “el Lyceum Club es una de esas instituciones poco conocidas y que sirve a María para enmarcar la vida intelectual de las mujeres que retrata. Hoy tiene un placa en el edificio de las siete chimeneas de Madrid, junto ministerio de cultura”.
María Pérez ante las dudas de algunos de sus lectores responde que esta novela la comenzó perfilar en el año 2000. “El trabajo de campo es fundamental. Me di cuenta que todas estas mujeres requerían meterse a fondo en sus vidas. Tenía claro que no fuera una mera biografía de mujeres, ni una historia política. Pero al no ser mujeres de ficción no te puedes inventar nada, así que tuve que leer mucho para novelarlas. Tenía que saber cómo respiraban. Entonces pude poner la voz de cansancio, por ejemplo de Clara Campoamor. Unir historia y ficción es un reto”.
“Es un libro armónico, con sus cadencias musicales y transmite emoción. Además hay aprendizaje”.
“Novela oportuna y necesaria para concienciar a las nuevas generaciones, para que conozcan las lucha de sus predecesoras que estaban en una sociedad mezquina y misógina. María Lejárraga, se somete a la tiranía de su marido, enamorada de Martínez Sierra, pero ella intentó publicar sin éxito por ser mujer. Zenobia es otro caso paradigmático. Apoyó, soportó e hizo posible la poesía de Juan Ramón Jiménez
Para Juana Anadon novelas como la de María Pérez ayudan a los estudiantes a un primer contacto con la historia. Además de introducir la perspectiva de género. Quiero educar a todo el mundo, tal vez sea una deformación. Hay que hacer divulgación. La divulgación es más accesible y motivadora para el alumnado.
En la tertulia también se puso de manifiesto el interés que suscita el manejo de la ficción y la realidad. Son igual de creíbles todos los personajes inventados por María, como Ramona, Justa o Caridad.
Lo bueno de tener tertulias con personas ilustradas es que permiten ampliar el foco de lo que se ha leído, como descubrir el cameo del abuelo de María Pérez. Si bien ella no conoció a su abuelo conserva sus diplomas militares.
“Militar retirado lo vuelve a llamar la República que necesitaba mandos. Luego el bando vencedor le puso en un expediente sumarísimo, pero afortunadamente le conmutaron la pena de muerte, eso sí le quitaron todas las medallas obtenidas. Así que se fue al pueblo, se puso su camisa de labrador hasta los últimos días de su vida. Murió triste y desengañado por lo que he podido conocer. Ya se sabe que estos temas familiares se mantenían en silencio. Así que quise ponerlo en el libro. No quería meter política, pero si los contrasentidos históricos”.
También se puso de manifiesto por los tertulianos el trabajo realizado en este libro con el lenguaje. “Coloquial, fresco, que enmarcan muy bien las diferencias intelectuales de los personajes, pero siempre con un gran respeto. Lenguaje culto pero también costumbrista”.
Así mismo resaltaron que Ni locas, ni tontas es un título muy bien elegido, así como el estilo modernista de la portada.
El grupo conformado por mujeres interesadas en la cultura y literatura, de amplio bagaje universitario, cuenta con catedráticas y profesoras de arte, así como escritoras como María Pérez Herrero y Hortensia Bua y poetas como Mercedes De los Ángeles Pérez Estáz.
Sin tener una directora de Tertulia, “hemos conseguido la cuadratura del círculo: traspasarnos periódicamente la responsabilidad de buscar temáticas o autores que trimestralmente cierran un ciclo; nuevos autores/as, novela negra europea, escritores africanos, mujeres españolas, asiáticos, latinos, sin olvidar los clásicos sean españoles o no. A menudo cerramos el trimestre con alguna visita a El Prado además de las comidas de celebración regadas con un buen vino”, comenta María Pérez.
A terminar la tertulia virtual no hubo vino, pero si muchas felicitaciones.
En esta tertulia virtual ha faltado el último vino pero no las felicitaciones.