Anteriormente, escritoras como Emilia Pardo Bazán –que la autora conoce muy bien porque la suele representar en monólogos teatrales- ya habían ejercido como tales. “Se escribían libros feministas en esa época, pero no tenían ningunan repercusión”, apunta María con decisión. “El Lyceum Club nace por el impulso de María de Maeztu, primera mujer española pedagoga. Gran reformadora, defensora e impulsora de la educación de la mujer. Fue directora de la Residencia de Señoritas que se fundaría al calor de la Residencia de Estudiantes. Cuando ésta se desplaza a la calle Pinar y deja libre el edificio de la calle Martínez Campos, funda la residencia allí”, explica la autora. María de Maeztu fue la Presidenta del Lyceum Club, institución a la que pertenecieron mujeres como Victoria Kent, Zenobía Camprubí, Ernestina de Champourcin, Carmen Baroja Nessi, Matilde Huici, María Lejárraga o Dolores Rivas Cherif, y muchas más. No perteneció al club Clara Campoamor, pero en la novela, como en la vida política de aquellos años, está muy presente. “En los años veinte había un movimiento feminista muy fuerte. El club surge porque las mujeres se dan cuenta de que no tenían voto y que dependían de los maridos o padres para poder tener solvencia económica, no podían abrir cuentas en los bancos como, posteriormente, pasó durante el franquismo. Para defender sus derechos, se agrupan y forman un club sólo de mujeres. Eran unas auténticas audaces”, desarrolla la escritora. María Pérez Herrero reconoce que "fue la curiosidad la que me hizo empezar a investigar sobre el Lyceum. En mis lecturas infantiles leía las novelas de “Celia”, que escribió Encarnación Aragoneses, con el seudónimo de Elena Fortún, en el primer libro de Celia aparece el Lyceum y eso me produjo mucho interés. Me puse a investigar y decidí hacer una novela que fuese un homenaje a todas esas grandes mujeres”. “Me llevó muchos años el tener el conocimiento histórico de la época, pero no quería hacer un libro de historia. Tampoco quería hacer una relación de todas las socias del Lyceum, quería contar sus semblanzas, pero de una manera más fluida y amena. Nunca pretendí dar una lección de historia y de política española, por eso creé unos personajes de ficción que enseñasen de una manera ligera la vida del club”, cuenta María. Para lo cual ideó a Caridad y al reportero Martínez, todo un punto de la época. La novela comienza con la joven Caridad irrumpiendo en el despacho de la abogada Clara Campoamor, rogándole que ayude a una vecina. Su empeño sorprende a la abogada, que le ofrece trabajar en el Lyceum Club, inaugurado en Madrid en 1926 en la calle Infantas 31 y allí, la inquieta Caridad quedará fascinada por ese universo reivindicativo, descubrirá el poder de los libros y tendrá oportunidad de enamorarse de Eusebio Martínez, idealista como ella. “En todas partes, hay una historia de amor”, puntualiza la escritora. “Caridad es la encargada de que todo funcione bien en el Lyceum Club. Es la que lleva la intendencia y la que da el contrapunto a todas esas mujeres intelectuales. Ella es muy dicharachera, lleva el peso de todo lo cotidiano, de la gente anónima que no sale en los libros”, razona María Pérez Herrero y añade “es como si fuese un eco de la historia”. “La historia tiene muchas historias”Para María Pérez Herrero, “conocer la historia nos hace caminar hacia un futuro mejor”. Y hay que conocer lo que ese puñado de mujeres bravas que no eran, precisamente, mansas hicieron. “Para ello, tenía que poner a muchas mujeres sobresalientes, aunque hubo muchas más, pero sin querer hacer una relación exhaustiva, quería que fuese algo muy vivo sobre estas mujeres que se enfrentaron a la sociedad de entonces”, elucubra. Hay que tener en cuenta que en aquellos años España sufría la Dictadura de Primo de Rivera. La época dorada del feminismo llegaría inmediatamente después. “En la República fue donde las mujeres consiguieron muchos de sus derechos, aunque había mujeres políticas que anteponían las ideas de su partido al derecho de las mujeres. De ahí que, por ejemplo, Victoria Kent creyesese que no era el momento para darle el voto a las mujeres”, expone la autora. Otro caso distinto fue el de Clara Campoamor que sí creía en el voto femenino. “El caso de Clara es asombroso, la admiro muchísimo. Se quedó fuera de los partidos políticos porque era un espíritu demasiado libre”, afirma sin dudar. “Las historias de esa época son absolutamente increíbles”, proclama. Como increíble fue lo que ocurrió con la caída de la República. La mujer perdió todos los derechos conseguidos durante la República y volvió a quedar a merced del marido. Sin embargo, María cree que esas mujeres siguieron transmitiendo sus ideales a sus hijas. “Debió ser tremendo pasar 40 años en silencio. Afortunadamente, el movimiento feminista está muy bien definido. Su base es la igualdad”, concluye María Pérez Herrero. Puedes comprar el libro en:
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