David es un editor que trabaja en la editorial donde publica el misterioso escritor que, oculto tras el seudónimo de Thomas Maud, ha creado una de las sagas más brillantes y exitosas de la literatura: La hélice, leída por millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, la editorial no ha recibido el nuevo y esperado volumen de la saga, y David acepta el encargo secreto de encontrar a Thomas Maud y conseguir ese libro que compromete el futuro de su empresa.
Pero ¿cómo encontrar a alguien que no desea ser encontrado? Siguiendo una única pista –el enigmático autor tiene seis dedos en su mano derecha–, sus pesquisas le conducirán a un pequeño pueblo del Valle de Arán, habitado por un elenco de los más extravagantes personajes. Paralelamente a la búsqueda de David, en la que se juega su matrimonio, su trabajo y su futura felicidad, uno de los millones de ejemplares de La hélice circula de mano en mano por Madrid transformando a aquellos con los que se encuentra, devolviéndoles por fin el protagonismo de sus propias vidas.
El paso de la hélice ha resultado ser un rescate muy acertado y me ha sorprendido muy positivamente. Aunque fue publicada una década atrás, es una novela que no ha perdido su frescura pese a los años que han pasado. Con un estilo totalmente arrebatador, consigue engancharte desde el primer momento. A mí me capturó por completo con su tercer capítulo, un capítulo genial en el que expone la línea argumental principal de una manera perfecta para las intenciones de la obra.
Los personajes de esta novela también son maravillosos. David, el protagonista, es un editor que realmente disfruta con su trabajo aunque como consecuencia del mismo pase largas temporadas fuera de casa y es alguien capaz de jugarse todo lo que ha conseguido en la vida, incluso su matrimonio, por sus escritores.
Él se conecta con otros personajes a través de uno de los millones de ejemplares de La hélice, el cual terminará circulando de mano en mano por Madrid: una secretaria solitaria, su sobrina convaleciente de un atropello, un yonqui que sobrevive en los arrabales y su ex compañero de piso, al que traiciono años atrás y con quien se reencuentra, van a ver sus vidas alteradas a medida que La hélice se cruza en su destino, entrelazando sus vidas y sus destinos de una manera asombrosa. Sin olvidarnos de los entrañables y curiosos personajes del pequeño pueblo del Valle de Arán que David visita en su odisea.
Por otro lado, Santiago Pajares no olvidó resaltar problemas sociales y culturales del momento en el que fue escrita la novela, pero que son perfectamente aplicables a la actualidad. Desde editoriales al borde de la ruina y espléndidas obras literarias que han pasado años desapercibidas hasta ser encontradas o empleos que consiguen quitarnos las ganas de vivir hasta del mundo de las drogas y el infierno por el que pasan los que intentan dejarlo.
En definitiva, El paso de la hélice es una gran novela. Siento no haber podido disfrutarla en su día por mi desconocimiento de la misma y la deseo lo mejor en su segunda vida, porque realmente se lo merece.
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