El pasado mes de octubre se cumplieron los ochenta años del primer gobierno vasco. El presidente José Antonio Aguirre estuvo en el cargo casi 24 años, casi todos ellos expatriado de su tierra. La novela de Kirmen Uribe rinde, en cierta forma, homenaje a esta persona conciliadora, pacificadora y carismática; aunque los verdaderos protagonistas son la familia Urresti-Letamendi.
Al final de la guerra civil, Karmele Urresti debe salir de su pueblo, Ondarroa, y marcharse a Francia, donde formó parte de la embajada cultural vasca. Allí conoce al músico Txomin Letamendi con el que se casará posteriormente. Ambos inician una emigración a Venezuela donde participaran en actos del gobierno vasco, sobre todo con su colaboración con los servicios secretos de Estados Unidos. Posteriormente, Txomin es reclutado para volver a la península para organizar la resistencia de Partido Nacionalista Vasco a la dictadura franquista.
La novela parte de un cuadro del pintor Antonio Gezala, en ese cuadro están retratados algunos de los protagonistas de la novela. A partir del cuadro, Kirmen Uribe comienza una investigación sobre esas personas retratadas que son conocidas por su familia. El autor se involucra en la novela de manera personal. Es casi un personaje más y va explicando al lector los pasos que va dando en la documentación y en la trama de la novela, como los autores del nuevo periodismo americano o como Javier Cercas lo hace en algunas de sus novelas.
La novela tiene muchos rasgos de autoficción que maneja sabiamente el autor, conviviendo perfectamente los datos históricos con otros salidos de su pluma, son extractos que ayudan a entender la historia y que Kirmen Uribe maneja a su antojo pero, siempre, informando al lector. Algunos pasajes tienen un fuerte contenido cómico y humorístico, como aquel en el que cuenta los sinsabores de la selección de fútbol de Euskadi que prescindedel entrenador porque eran autogestionarios, lo que le llevó al fracaso más absoluto, futbolísticamente hablando.
Kirmen Uribe sigue el rastro de esta familia por todo su exilio. Primero es Francia, luego es Venezuela, una vuelta a España para servir al gobierno vasco desde el interior y la vuelta de Karmele Urresti a Venezuela, ya como simple emigrante, al no encontrar trabajo en España. Por la novela pasan los cincuenta años centrales del siglo XX. La tragedia de una familia encuadrada en el bando perdedor de la guerra civil.
“La hora de despertarnos juntos” es una novela muy bien estructurada, con un ritmo muy vivo y equilibrado que nos va mostrando la vida de los protagonistas, en ocasiones casi a modo de thriller pero con un componente poético. Kirmen Uribe tiene la habilidad de ir creciendo como escritor y se ha convertido en uno de los mejores autores en euskera, por no decir el de mayor calidad, que tiene una grandísima proyección nacional e internacional.
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