26/04/2024@07:07:00
Que España es un país de cotillas lo sabe todo el mundo, si no estás enganchado a las programas de Tele 5 lo estás a Facebook, y si te aburres, en el metro o autobús en vez de leer, aplicas la oreja, que es todo un radar para detectar conversaciones que no interesan a nadie. Algunos las tienen más grandes que las de Dumbo. Así, corres el riesgo de descubrir ciertas cosas que te traen al pairo, pero te invitan a reflexionar. Nos lo cuenta con humor Azucena del Valle en "¿Push-up o plana?"
En "Y se fue a por tabaco...", Azucena del Valle sigue a vueltas con los libros de autoayuda, que no ayudan a nadie. Como la sección de libros de Autoayuda suelen estar al lado de los de Automoción yo creía que eran para arreglar solo los coches y ahora me entero que también sirven para los corazones. Su amiga Pilu está en proceso de autorrepararse y redescubrirse. Seguro que lo hará, pero tendrá que tirar de su humor. De momento, les dejo que disfruten de este relato.
A Azucena del Valle le gustan las fiestas más que a un tonto una tiza, nos lo cuenta en "A los tomillos, como Juan el de mi pueblo". Los romanos inventaron eso de Pan y circo y todavía sigue funcionando a base de bien. ¡Que romanos somos! o es que no hemos avanzado náa de náa desde entonces. De jóvenes en el pueblo nos tirábamos a la cucaña como locos para coger el jamón y eso que siempre lo cogía el mismo: el bombero del pueblo de al lado porque practicaba todos los días. A disfrutar de las fiestas populares que cada vez van quedando menos. Nos quedan cada vez menos alegrías.
Azucena del Valle saca su parte sentimental en ¡I'M LATE!, ¡I'M LATE!. Parece que su corazón late, late, demasiado deprisa y su mente también. Muchas veces hacemos cosas que no nos gustan o no nos interesan solo por satisfacer a otras personas. Y eso que sus amigos Alberto y José le dan buenos consejos a los que no hace caso. Puri tendría que pasear más y descansar de su agobio. "El corazón tiene razones que la razón ignora", ya lo dijo Blaise Pascal cuando le cayó una manzana en la cabeza cuando se estaba echando la siesta. ¡Oye Puri, ese no fue Pascal sino Newton! ¡Y quien te dice a ti que Pascal no se echaba la siesta! ¡Más siestas y menos trabajar!
Se equivoca la Vani cuando no sabe si las golondrinas regresan a su nido. Regresan siempre, lo malo sería que ese nido ya estuviese vacío. Ese es el riesgo de la inmigración, ahora tan de moda, aunque el visionario Bécquer ya lo vio venir con sus oscuras golondrinas. ¿Y si ellas llegasen con un tatuaje impreso en cierta parte del ala o cómo los marineros que se tatuaban en el pecho un nombre de mujer? Nuestros marinos no son rubios sino morenos y, hasta hace poco, de escasa estatura. Azucena del Valle nos cuenta en ¿Volverán las golondrinas?, la relación entre el tatuaje y la migración. Cien por cien: diezmil, Puri.
El pobre de Papa Noel se pasa la Nochebuena repartiendo regalos a todas las criaturas del mundo. La pobre de Azucena del Valle la pasa obsequiando a sus amigos y familiares sus conocidas galletas que cocina por las noches, para que no le salga la factura de la luz tan abultada como al orondo Noel. Hoy nos cuenta en "¿Pavo o palurda rellena?" cómo va a ser su cena de Navidad, donde sienta todos los años un pobre a su mesa. Seguro que le ofrece pavo para comer porque para palurda rellena ya está ella, que para eso es de Ávila.
Hubo un tiempo en que una ardilla podría recorrer la península Ibérica de árbol en árbol sin tocar el suelo. Hoy puede un turista recorrer el mismo camino de vinoteca en vinoteca. Ahora se llama a eso gastro-experiencia o eno-experiencia. Azucena del Valle nos cuenta en ¡España de vid en vid! cómo recorrió nuestra tierra de bodega en bodega. Lo cuenta su amiga la Puri que en cuestión de experiencias gastronómicas y vitivinícolas sabe de aquí a los Pirineos, y más allá.
Azucena del Valle y la Puri se ponen sentimentales recordando al amigo que ha partido en su último viaje en "Réquiem por un hombre bueno". Evidentemente, tenía un gusto más exquisito que estas dos malas pécoras. En mi opinión, Irène Néminovsky me parece una autora sobrevalorada, es verdad que tuvo mala vida y un peor final, pero su libro "El baile" es de lo peor de su producción. Puri no lo cree así, pero así es la vida. Lo recuerdos son los recuerdos y el homenaje que hacen de su amigo hace que el corazón se te encoja. Juzguen ustedes.
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Nos cuenta Azucena del Valle en "Vuelta al redil, tía" que la Vani se ha ido a su pueblo abulense a pasar la Semana Santa y que no han podido sacar las procesiones por culpa del Brasero que dio malas nuevas. Por lo menos estuvo calentita en su chiscón pueblerino gracias al otro brasero. Ella sí pudo degustar las torrijas y no como los políticos que las llevan encima. Aquí, no hemos podido comerlas porque tenían un precio tan desorbitado como las ostras con perla. De vuelta a la city, a trabajar que son dos días hasta el verano sahariano que nos espera.
Dicen los psicólogos que hay un contagio emocional con las personas que tenemos relación aunque sea solo con las que nos cruzamos en el portal. El otro día Azucena del Valle fue a la junta de vecinos de su bloque, nos lo cuenta en ¡Era María Juana!, y estuvieron de acuerdo en todo, como una balsa de aceite, y eso que los nuevos vecinos del bajo le dan al porro y al reguetón a todas horas. Tal es así, que ahora pasan por los buzones para recoger la correspondencia que ya no llega solo para oler ese aroma dulzón del cannabis. Y así, relajaditos se suben a sus casas. Parece que en Alemania, van a legalizar a la María Juana, dentro de poco nos tocará a nosotros.
Esta semana nos trae Azucena del Valle el relato "Mitomanía, mayormente" donde habla de los mitómanos y de los mentirosos. Dice que al mentiroso se le coge antes que a un cojo. Falso, hay mentirosos patológicos con la rara habilidad para caer siempre de pie. Como dice un amigo mío de Madarcos de la Sierra: "yo no miento, embellezco la realidad". Pues que siga haciéndolo por muchos años, ya todos le conocemos. Hasta algunos llegan hasta presidente de gobierno no diciendo nunca la verdad.
En esta ocasión, Azucena del Valle nos habla en ¡366 oportunidades! del mal fario de los años bisiestos, que suelen coincidir con los Juegos Olímpicos. Como bien dice la autora abulense, es un día más de oportunidades. Mi última tía nació un 29 de febrero, evidentemente de año bisiesto, y lo celebrábamos un día después porque decía que hacerlo antes traía mala suerte y que cada santo o cumpleaños tiene su novena. Murió la tía Teófila con 23 años y llegó un día en que sus hijas y sobrinos teníamos más años que ella porque ella solo contabilizaban los que cumplía el 29 de febrero. Estuvo joven toda su vida hasta que el alzheimer acabó con ella. ¡Hasta los más grandes tienen su final, pero el suyo fue feliz! Lo mismo deseamos a nuestra Azu y a todos sus lectores, que son legión, para este año.
Azucena del Valle y sus amigas la Puri y la Vani conocen a personas de lo más extrañas. Nos lo cuenta en ¡Cómo perder el curro sin despeinarte! Hay que ser ingenuo o tonto para jugarse los garbanzos de forma tan absurda. Desde pequeño, me decía mi madre: donde tengas la olla no metas la p... ¡Qué razón tenía! Nunca la hice caso y así me ha ido.
Decían en mi pueblo: "mujer refranera, mujer puñetera" y lo mismo vale para el hombre. Azucena del Valle nos ha salido en su nuevo artículo ¡Me gusta la fruta! refranera dicharachera y, por supuesto, puñetera. Parece que ahora nos tiene que gustar la fruta a la fuerza; yo de niño comía poca, sólo la que robabamos de los árboles por la noche, si eran melones los llamábamos luneros, pero éramos más de rebanada de pan mojada en vino y azúcar con una onza de chocolate. La Puri y la Vani asemejan a nuestros políticos con la fruta. Se ha puesto de moda eso del pin de la sandía, pero la sandía es pura agua, como nuestros exquisitos políticos que se nos escapan de la mano.
Vani nunca había escrito sobre el cáncer que padeció. Gracias a ella, conocemos de primera mano sus padecimientos y cómo afrontó la enfermedad, dando siempre la cara a una enfermedad que cada día se bate más en retirada gracias a los avances de la ciencia. Hay que prevenir, tener valor y esperanza para superar esos difíciles momentos. Nos lo cuenta Azucena del Valle en "Lazo rosa", relato donde nos enfrentaremos a esta lacra a calzón quitao.
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