En un reciente viaje a la ciudad portuguesa de Coimbra, antigua capital del Reino de Portugal, tuve la oportunidad de visitar la Biblioteca Joanina, una de esas joyas donde los libros no pueden encontrar un mejor acomodo. Lástima que las restricciones impuestas por el coronavirus no permitan que disfrutemos más de las obras que allí se encuentran. El turismo se ha impuesto y la visita a la biblioteca se ha quedado en un mero paseo por sus desiguales cinco salas. Todo se queda en un mero negocio mal gestionado.
El catedrático Justo Serna hace en "Leer el mundo" una aproximación de la visión del mundo del semiólogo más importante del siglo XX, Umberto Eco.
Una magnífica selección de artículos de opinión del semiólogo italiano
"De la estupidez a la locura" es un recopilatorio de artículos que nos muestra al intelectual italiano lleno de humor, incisivo y crítico con su tiempo. En Italia batió todos los récords al vender solo en su primer día más de 35.000 ejemplares. El libro ha sido publicado por la editorial Lumen.
¿Qué libros son los que nos han llegado? ¿Y si lo que consideramos clásicos no fueran en realidad lo peor de la producción de aquellos tiempos? ¿Cuántos secretos literarios guarda el fuego? ¿Qué está pasando con nuestra inteligencia ahora que tenemos toda la información al instante?
Umberto Eco está arrasando con su última novela El cementerio de Praga, que ha sido publicada por Lumen. Decir que está batiendo records de ventas es poco, porque su novela lleva unas semanas en los lugares más altos de las diversas listas de libros más vendidos. Este sólo es el comienzo, porque después de un inicial y sorprendente despegue, el textose está asentando con las recomendaciones de críticos y lectores habituales.
|
Resulta sorprendente la impavidez con que asistimos estos días a los terribles discursos sobre la catástrofe climática que se avecina. Y no me cabe la menor duda de que alguna porción de esa pasividad —por no tildarla de indiferencia— general se debe a ese español impostado y con pretensiones tecnocráticas que emplean sus atildados remediadores, que no deja ser una cadena de petulancias, donde entre mucha “hoja de ruta”, mucha “implementación” y otros “empoderamientos”, no consiguen “impactarnos”, por más fatídicos “eventos” que vaticinen, porque los políticos y otros personajes de escasa confianza ya nos han aturdido con esa vacua prosopopeya.
Hay veces, y sobre todo si eres lector, que encuentras una frase que da sentido, cuerpo, a un pensamiento o sensación que llevabas tiempo teniendo. Leo desde hace bastantes años y al principio dedicaba mi tiempo a novelas que iba encontrando, ya fuese en librerías o por casa, sin ningún tipo de criterio. A veces me encontraba con libros geniales y al terminar de leerlos sentía la necesidad de estar unos días sin leer nada más, como si mi inconsciente o incluso el propio cuerpo me pidiera que dejara reposar lo leído, que descansara unos días para que todo lo absorbido pudiera penetrar de forma óptima.
El escritor y filósofo italiano Umberto Eco, autor de la novela 'El nombre de la rosa', ha muerto a los 84 años. El fallecimiento se produjo el viernes hacia las 21.30 horas (20.30 GMT) en su domicilio, indica la edición digital del diario 'La Repubblica', que contactó con la familia del autor. El escritor, que residía en Milán, llevaba tiempo aquejado de cáncer.
Umberto Eco ha publicado recientemente unas memorias literarias tituladas Confesiones de un joven novelista en la editorial Lumen. El titulo puede llamar a engaño porque no son una confesiones personales sino literarias y el aunque se considera joven ya no lo es tanto. Si como él considera su vida de novelista comenzó rebasados los cincuenta años de edad, entonces no es que sea joven sino que es un chaval.
|