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Tragedia griega

Ed. Gredos. 2022
31/05/2024@16:16:00
Otra joya de la editorial Gredos, de la Historia Antigua más paradigmática; estamos ante una de las más bellas obras de la tragedia griega, y su autor está a la cabeza de la exposición de la mítica helénica. Sófocles de Atenas pudo nacer hacia el año 497 o 496 a.C., en una importante familia de un fabricante de armas llamado Sósilo. La educación recibida sería muy esmerada y eximia, bien en la gimnástica y en la musical. Además, tuvo un poder político más que aceptable en la capital de la región del Ática. Sería uno de los estrategos, junto a Pericles, en la lucha sostenida por los atenienses contra la isla de Samos, que tuvo lugar entre los años 441 y 440 a.C.

El primer ensayo de la edición original de Cuestiones estéticas (Librería Paul Ollendorff, 292 páginas, 1911), de Alfonso Reyes, se titula “Las tres Electras del teatro ateniense”, y está dedicado al maestro dominicano Pedro Henríquez Ureña (tiempo después, Henríquez Ureña recordaría aquellos años diciendo: “Leíamos a los griegos, que fueron nuestra pasión”). No se nos escapa –más bien nos desasosiega- que abordar un tema que Alfonso Reyes ya ha transitado no sólo supone una osadía, sino que linda con la más crasa irreverencia. Acaso lo único que atempera el atrevimiento –y éste, incluso y tal vez, no del todo admisible- es que no sólo a cada generación, sino a cada lector le asiste el inalienable derecho de aportar su propia lectura a las lecturas consagradas por los ilustres dómines del pasado con la modesta expectativa de reanimar, matizar o recrear un texto clásico.

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Permítasenos otorgar un realce, acaso inmerecido para estos rudimentos, reproduciendo, a manera de introducción y resguardo, dos citas de incontrovertible ponderación; en La tragedia griega (Gredos, Madrid, 2011), la erudita Jacqueline de Romilly afirma: “Haber inventado la tragedia es una hermosa medalla de honor; y esa distinción pertenece a los griegos”. Por su parte, el padre dominico André-Jean Festugière, filólogo, filósofo y notable traductor, comienza su imprescindible ensayo La esencia de la tragedia griega (Ariel, Barcelona, 1986) con la siguiente aseveración: “Sólo una tragedia hay, y es la griega.”