Reino Unido es, por méritos propios, uno de los grandes actores del panorama internacional. Las actuaciones de sus gobiernos, en muchas ocasiones vinculadas a sus primeros ministros, han marcado una época. Así fueron los casos de Churchill, de Thatcher o más recientemente de Tony Blair. En efecto, este último se convirtió en protagonista destacado de la política británica, no sólo mientras presidió el gobierno (1997-2007) sino en los años anteriores, cuando lideró la oposición a John Major (1994-1997). Una vez abandonó la política activa (2007) su legado fue objeto de abundantes análisis, los cuales priorizaron esencialmente sus relaciones con Estados Unidos en escenarios muy puntuales como Irak o Afganistán.