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Ricardo Martínez

06/09/2017@13:28:42

Publica el poeta Ricardo Martínez-Conde un nuevo volumen de aforismos en la editorial asturiana Trea. "Por el camino" es un compendio de aforismos sobre cuestiones básicas de la vida y de la literatura. El autor escribe en profundidad y disecciona a la luz de su saber cuestiones fundamentales para el ser humano.

Trea, Gijón, 2017

Cuando se trata de sugerir (sobre todo cuando se trata de sugerir empleando para ello el texto literario, esto es, hilando un discurso de palabras que lleguen –y vayan más allá, a través de él- a un destinatario sensible que observa y repara en la realidad, en la naturaleza, en el otro) es necesario ser claro, actuar con inteligencia (si es sintiente, mejor) y ser sincero por cuanto lo que se transmite ha de tener algo de verdad; más si a lo que uno quiere referirse es a la sustancia interior del arte reflexivo.

RECOMENDACIONES LITERARIAS DEL MES

Entre el mar y la montaña, el viaje

Estos son los cuatro libros editados por La Linea del Horizonte que más nos han gustado. No ha sido fácil

Llega el momento de las vacaciones. Una época que ha cambiado mucho en los últimos años. Las carreteras secundarias no están llenas de SEAT 600 que se dirigen al mar o a la montaña, a Benidorm o a Picos de Europa. Ahora la decisión es otra: nos quedamos cerca o nos vamos lejos. Nada de discutir sobre playa o valle. Aunque todavía está presente en nuestra costumbre, el viaje se ha incorporado como tercera elección y, tal vez, la más frecuente.

De un modo sintomático, pudiera aceptarse que de la observación nace el dominio. Una forma de dominio que, a modo de relación implícita e inmediata, se establece de una manera dual o, lo que pretende ser lo mismo, en una doble dirección: de lo observado hacia el que observa, ya sea en razón de su belleza u originalidad, y del observador a lo observado como una relación implícita de posesión, de superioridad, sentido que suele manifestarse como algo común, no distinguido.

Cátedra, Madrid, 2017

Miedo y hombre, en efecto, van intrínsecamente unidos. No solo, digamos, como propiciador de dudas (y en tal sentido, como propiciador de susceptibilidades, presunciones, imaginación al fin) sino también como manifestación física, como enfermedad. Un miedo que, tantas veces, no proviene de efectos de la naturaleza sino de ese Otro que es aquel que no soy yo, esto es, de otro ser humano.

Lumen, Barcelona, 2017

Probablemente quepa en un solo poema el devenir y la sustancia de este sobresaliente poeta. Y ello se deriva de que, siendo tan esencialista en la elección de las palabras y cuanto éstas hayan de decir al lector, con uno solo de los ejemplos hallemos un compendio razonable de lo que es su discurso poético, tan sencillo y limpio, tan cotidiano y, a la vez, alzándose con cada lectura. El texto aludido, que viene oportunamente señalado en el prólogo del libro a modo de proemio o presentación, dice así: “Estoy triste/ como lo estaba él/ a su manera heroica// Pero además/ tengo ojos/ para ver/ y si bien presienten mi ruina/ y la de todo/ lo que amo, descubren/ también/ en mis ojos/ y mis labios/ y mi lengua el poder/ para liberarme/ y para hablar de ello, igual/ que Miguel Ángel, en sus manos/, notó un poder similar/ si bien mayor”.

Los elementos atmosféricos -el viento, la lluvia racheada- dotan a la noche de una naturaleza distinta a la suya propia. La hacen más dúctil, más inmediata, más sugeridora (Le otorgan una sustancia tan humanizada que es difícil no sentirse vinculado a lo que pudiera ser su sentimiento, tal vez su pensamiento) El que camina a través de una noche así percibe su propia realidad de un modo inexcusable, por lo que es fácil que surjan aquellos supuestos, aquel gesto -altivo, escrutador- que ha venido en conformar nuestra memoria.

Siruela, Madrid, 2017

A propósito del tema del silencio, el autor recoge aquí, oportunamente, una cita llena de significación atribuida al gran viajero inglés Leigh Fermor cuando residió durante un tiempo en un convento: “…en la reclusión de una celda las aguas agitadas de la mente se vuelven claras y quietas, y muchas cosas escondidas y todo lo que las enturbia flota hacia la superficie y puede ser retirado; después de un tiempo uno llega a un estado de paz mental que es inconcebible en el mundo ordinario” Esto es, el aislamiento temporal como un bien, el silencio como propiciador del escenario donde pueda fluir y manifestarte todo aquello que está dentro de nosotros y nos conduce y nos conforma. Un bien que nos aleja de la confusión y el ordinario atarearse en las necesidades.

Taurus, Madrid, 2017

¿El tiempo es oro? Sí para las estimaciones de la utilidad, y también para una cierta consideración monetaria. Pero, sobre todo, tiempo es hombre: ése sí que valdría como un significado humanista. El medidor medido, he ahí la razón principal (y útil) de la Historia.

Gradiva Ibérica, Portugal, 2017

El binomio enfermedad-literatura es un tema de larga y fecunda vida en la literatura universal. Hay quien ha llegado a afirmar que cada libro encierra, más o menos explícitamente, un problema, si no estrictamente médico, cuando menos emocional. A la vez, viene de lejos ya la consideración de literatura como una terapia, sin hacer excepción de aquel autor, heterodoxo en sí, que sostenía que había iniciado su carrera literaria por un problema de corazón: estaba enamorado.

Entrevista a Gustavo Javier Travi, autor de "Imprecisiones de ser"

Gustavo Travi es un hombre joven y, a la vez, con una consciencia literaria y una percepción poética fuera de lo común. Una referencia muy interesante, pues, para conocer algo de propuestas imaginativas, de sentido de la realidad literaria. Él es argentino, nacido en un lugar llamado Caseros.

Ed. Vitruvio, Madrid, 2017

El lector no es, en modo alguno, aséptico. Quien lee ejerce ya una voluntad deliberado en pro de entendimiento y gozo. Pues bien, así he procurado abordar como lector el último libro de José María Prieto, un autor que, haciendo gala de su múltiple formación (sobre todo, digamos, bajo la sombra del canon didáctico tanto occidental como oriental), se toma en ocasiones la libertad de jugar al equívoco, algo que, en principio, puede resultar curioso, entretenido; incluso pudiera, por algunos, ser tomado como un reto lector, no obstante creo que los elementos distintivos están bien presentes hurgando con una cierta meticulosidad entre sus palabras, de un desafío-juego verbal que comienza ya, aquí, por el propio título.

El río que llaman vida, caudal de tópicos que nos inserta en la ocupación política, impide que concibamos nuevos modos de existencia. El atender menesteres económicos, amorosos, académicos, aminora nuestra percepción, angosta la cantidad de tipos de información que captamos, es decir, empobrece nuestro juicio. Agrandar las puertas sensoriales es agrandar nuestro juicio, nuestro entendimiento, y haciéndolo filosofamos o discursiva o poéticamente.

En "Evoë" el autor procura no tanto el invocar a la Poesía, sino el evocarla, esto es, cederle el lugar de la memoria a fin de recordar los bellos símbolos que la adornan; y en ello pretender conocimiento. Sí, de eso se trata, de un ejercicio (y una voluntad) de conocimiento, donde el poeta acepta el encantamiento de las palabras que al corazón y a la inteligencia puede propiciar la Poesía de amor.

Son las estaciones de la Naturaleza las responsables de mejorar y aún ordenar la vida del hombre. Es así como la primavera trata de rescatarle del frío, el verano de la lluvia, otoño del árido calor y el invierno de las lluvias más tristes.