Custodia compartida, ópera prima del guionista y director francés Xabier Legrand, que apenas ha aterrizado en nuestras pantallas, además de ser un film asfixiante y terrorífico, es puro lenguaje cinematográfico. Esto último, que parece una obviedad, no lo es tanto si uno busca y compara en el baúl de los estrenos. Si la palabra lo es todo en la buena literatura, ¿qué otra cosa es el cine sino imagen y sonido a disposición de una historia? Por supuesto que algo tendrán también que decir los diálogos, pero es en el sabio empleo de la imagen y el sonido donde destaca el oficio del cineasta. Ver Custodia compartida me recordó de qué va esto del cine, y me da esperanzas saber que todavía se ruedan películas con pretensiones artísticas, y no meramente comerciales.