www.todoliteratura.es

Plaza de Guipúzcoa

PLAZA DE GUIPUZCOA

23/08/2022@05:00:00

Como diría Jack el destripador “vayamos por partes”. 1) Es verdad que Letizia da juego, pero no quiero erigirme en su comentarista oficial, mis aspiraciones intelectuales van más lejos. 2) Es verdad que le queda bien la minifalda. Sus piernas han pasado de un 5 raspado a un 7,5 gracias a su férrea disciplina y al curro de su entrenador personal (sus musculosos brazos molan menos) 3) ¿Cuál será la siguiente transgresión? No hay más preguntas, señoría.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Confesar públicamente en San Sebastián un lunes de Semana Grande que aborrezco las fiestas, no es una venganza, es una temeridad. Me da igual. Sanfermines y otras celebraciones espeluznantes como la tomatina de Buñol, chirigotas, bronca, música en la calle, parkings petaos, me parecen una cutrez, tío.

PLAZA DE GUIPUZCOA

Ha pasado un año vertiginoso, tan malo o peor que el anterior. Vuelve agosto y yo vuelvo a Lizarraga, el pueblo de mis ancestros. Tal y como está el cotarro tener un pueblo donde esconderse es un chollo. Mejor que un búnker, tío.

PLAZA DE GUIPUZCOA

En su arenga a las masas, el secretario general de la UGT ha mandado a hacer puñetas a la patronal, a la CEOE, al BCE, a ti y a mí y a todos los agoreros que dicen que viene una crisis y una “recisión” (ha dicho recisión). Y ha dicho también que no nos van a amargar el verano porque el verano es nuestro.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Ya está todo el pescao vendido. Biden ha pelado la pava con Sánchez, vienen otros dos destructores yanquis a Rota, tenemos nuevos amiguis en el club y nos hemos dado un baño de cosmopolitismo que no tiene precio.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Si anda como un pato, se comporta como un pato y dice cua cua, es un pato. Decía Oscar Wilde “las cosas son siempre lo que parecen”. Y lo que parece es que Argelia nos la va a jurar de por vida y esperará el momento oportuno para vengarse.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Voy a intentar no escribir obviedades del rey emérito. Se le ha pedido discreción, ejemplaridad, transparencia, rendir cuentas, pedir perdón, propósito de enmienda y humildad. Incluso denunciaron que la ropa que llevaba era cara y de marca (échale güevos) y algunos periodistas (por llamarles algo) hicieron un cálculo aproximado del look real.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Hay que dar una patada en el culo al refranero. Ya no se puede decir “nos engañan como a chinos”, por racista y tendencioso. Los chinos se van a comer el mundo. De entrada le están comprando a Rusia a buen precio todo el gas que Europa rechaza por la milonga de las sanciones.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

No sé si hemos entrado en un bucle o en un agujero negro, pero la metáfora del día de la marmota no nos sirve. Está amortizada, tío.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Aunque me pedía el cuerpo meter caña (no hay que darle al cuerpo todo lo que te pide) he esperado que pasen los efectos terroríficos de la noche de Jalogüin, para decir lo que pienso de esta “celebración” cutre y absurda.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Vaticiné un 2020 apestoso y catastrófico, bisiesto y capicúa al revés. No me extraña que la pandemia se oficializara con los Idus de Marzo. Todo lo que tenga que ver con los números me da yuyu, tío. La aritmética es la ciencia sagrada y Pitágoras su profeta. Con estas cosas del esoterismo soy muy cuidadosa y selectiva. No te vas a creer a cualquier chamán, iluminado, gurú, epidemiólogo o “experto” que te quiera vender la moto.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

La prestigiosa actriz Emma Thompson ha esperado a los sesenta y tres años para interpretar el papel más acojonante de su vida. Pensarás que el personaje elegido ha sido una mujer mítica, épica, admirada o admirable. Pues te equivocas. La prota de la peli es una profesora de religión reprimida y meapilas que nunca ha tenido un orgasmo y contrata los servicios de un prostituto.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Jennifer López y Ben Affleck se han casado en las Vegas en una ceremonia secreta. No para despistar a la prensa, sino para hacerle un corte de mangas a su suegra. Jennifer no la soporta y le ha dado un ultimátum a Ben: “Paso de tu madre, tío”.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Yolanda Díaz me tiene ganada con ese comentario tan íntimo y al mismo tiempo tan profundo. “No hago otra cosa que coser”, dice en referencia a los pifostios del gobierno de coalición. Menudos costurones estará haciendo. Como los de Franskentein (nunca mejor dicho), ese monstruo recosido con restos de cadáveres.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

De todos los privilegios que envidio de Letizia (y son muchos) me priva que vaya a los actos oficiales sin bolso. Ni un clutch de Hermès, ni un handbag de Vuitton. Manos libres. Sabe que cualquier cosa que necesite, alguien se la traerá. Un klennex, un espejito mágico, un paracetamol o un támpax 5G. Y esto no solo le ocurre a Letizia.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Esta es mi teoría más original y menos empíricamente demostrable. Tampoco es demostrable la ley Espacio-Tiempo de Einstein y el tipo pasa por ser un genio. Te propongo un juego. Busca tu foto de comunión, obsérvate con desnuda objetividad, como si no conocieras a esa inocente criatura que te mira ¿Qué ves en su mirada? Esa es la cuestión.

PLAZA DE GUIPUZCOA

No es cuestión de si estás conmigo o contra mí. En esta columna puedes ir a tu bola cuando opino de Pegasus, Sánchez o la ministra de Defensa. Por cierto, a cada cual lo suyo, Margarita Robles aguanta el tipo como una cosaca ucraniana. Eso sí, yo en su lugar me quitaría la mascarilla en el Congreso.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Eso de “la familia bien, gracias” es una “fake”. Si no tienes un cuñado cabroncete, te toca una suegra petarda como la madre de Ben Affleck o una nuera insaciable como Jennifer López. La Jenni ha exigido a su churri cuatro cópulas a la semana por contrato. Eso es acoso, tía. Donde hay confianza, da asco.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Seguro que te ha pasado alguna vez. Vas a fregar los platos y previamente quitas los residuos. Es fascinante observar la atracción fatal que el desagüe del fregadero ejerce sobre ese trocito de cebolla kamikaze. La persigues desesperadamente para impedir que se cuele a través del filtro, pero es inútil.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Los Medios de este país dejan mucho que desear. Nos machacan con revanchas y venganzas, pero no sabemos si Rociito Carrasco fue a Moncloa a desayunar. Lo cierto es que el presidente la llamó y ella cogió el teléfono. A su hija no se lo coge, pero a Moncloa, perdiendo el culo, tío.