PLAZA DE GUIPUZCOA
Odio la hipocresía y la falsa humildad (y más cosas que no vienen a cuento). Tampoco es necesario ser tan explícito como Cristiano Ronaldo: “me envidian porque soy guapo, rico y buen futbolista”.
PLAZA GUIPÚZCOA
Hasta un reloj parado acierta dos veces al día. Mucho acertar me parece si lo comparas con los protocolos de vacunación. Ya me extrañaba a mí que funcionara el sindiós de la cogobernanza. Ni de coña. Cómo va a funcionar si ni la RAE reconoce el término.
Es una pregunta retórica y estúpida, pero me gustaría saber cuántos objetivos has cumplido de los que te propusiste para 2020. Yo ninguno, me parece muy cateto ponerse límites, tío. Déjate de chorradas de aprender inglés, alemán o chino, que aprendan español ellos, no te jode.
Veo lo que vemos todos. Pero te respondo como a un ciudadano adulto porque no estoy en ninguna pomada. Privilegios de ser una asocial y algo psicópata. Recuerda que los locos y los niños dicen la verdad.
Dice Pablo Iglesias que deberíamos estar contentos porque Bildu, en lugar de pegar tiros, haga política (a cualquier cosa le llaman política). Y no te creas que suelta esa chorrada porque se le han subido los humos al moño.
Un chasco más que me llevo en la vida y no será el último. Ernesto Gasco confesaba hace unos días en la portada de “El Diario Vasco”: “Hay que romper silencios”. Joder, qué honesto y qué valiente, pensé, se referirá al despelote pactista de su jefe, el “iluminati” Pedro Sánchez. Pero una vez más estaba equivocada.
Dice el Eclesiastés que hay un tiempo para sembrar y un tiempo para recoger. Y no se refiere solo a patatas y cebollas. En la vida también hay un tiempo para todo, hasta para ser progre. Cuando eres joven, tu obligación es ser idealista y rebelde porque el mundo te hizo así. Yo lo era.
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PLAZA DE GUIPÚZCOA
Me pregunto cuándo coño se fue todo a tomar por saco. Ya no queda piedra sobre piedra. La aniquilación de las jerarquías, la mezcla de clases y esa perversa negación de la autoridad (estos sí que son negacionistas).
Plaza de Guipúzcoa
Soy muy de citar eslóganes publicitarios y frases hechas en los momentos más inoportunos. No es normal que viendo el asalto al Capitolio recuerde “¡Red Bull te da aaalas!” o “Lo peor está por llegar” que es un latiguillo ridículo y recurrente que utilizan los periodistas.
Una columna de periódico es un aquí te pillo aquí te mato, pero hoy me lo voy a currar. Voy a defender al rey emérito. Con un par, tío. Y eso que de la Casa Real la que me interesa es Letizia. Su origen plebeyo, sus clases de gym, su estética, etc. Por cierto, las faldas “midi” le quedan fatal. Por lo demás le doy un 8,5 sobre 10.
PLAZA DE GUIPÚZCOA
No voy a denunciar la inepcia y la falta de eficacia de los poderes fácticos. Denunciar no sirve de nada. La prueba más palmaria la tienes en Fernando Simón. Todo lo que ha hecho, lo que no ha hecho y lo que yo he dicho se lo han pasado por los mismísimos.
Soy una romántica incurable. No soporto que quieran meter a Sarkozy en el trullo por corrupto y destruir una de las historias de amor más morbosas de Europa. Todo es demagogia y populismo barato.
Parece que voy de sobrada, pero no creas que estoy encantada de conocerme. De entrada no me gusta mi nombre. Desde pequeña miraba con odio y secreta envidia a todas las Saras y Raqueles que se cruzaban en mi camino. ¡Uf! era una obsesión. Cámbiatelo ahora que puedes, me dirás. Pues fíjate que no me atrevo.
PILDORAZO
Soy cañera y polémica y no cejo hasta darme el hostión. Discutir por discutir es una chorrada, ¡ojo! salvo que te paguen (matiz importante). Mira los profesionales grouchomarxistas de los medios, tienen sus principios, pero si a su jefe no le gustan, tienen otros. Ahora mismo, cualquier boticario te hace un informe a la carta y te da el coñazo impunemente.
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