PLAZA DE GUIPÚZCOA
Nadie se pone en el lugar del otro. Cuando te digan “me pongo en tu lugar”, no le creas, tío, es mentira. Y menos si te da golpecitos en la chepa. Te apenas por el prójimo, le escuchas, le compadeces, eso sí, te compro la moto, pero no te pones en su lugar, porque ya tienes bastante con lo tuyo.
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El mejor amigo del hombre no es el perro, es el mando a distancia. Déjate de sensiblerías. El perro ladra, molesta, lo tienes que alimentar, pasear y recoger sus cagarrutas. Claro que te dan cariño, sólo falta que encima te tiren un bocao.
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Podría disimular y hacerme la enterada. Pero no merece la pena. Total pa’ qué. Confieso que no tenía ni puñetera idea de la movida Rammstein. Si no era una marca de electrodomésticos, como mucho y atando cabos me sonaba a grupo de rock duro o heavy metal.
PLAZA DE GUIPÚZCOA
Después de escuchar a Yolanda Díaz amenazando con prohibir el tabaco, me dan ganas de volver a fumar. Necesito droga dura para soportar el estrés que me provoca esta mujer. No tiene credibilidad.
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Dice Máximo Huerta que todos queremos que nos quieran. Estoy de acuerdo, con matices. Que te quieran está bien, yo me conformo con que no me puteen. Pero es un comentario que le honra.
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No voy a escaquearme sin desearte felices fiestas porque el 25 y el 31 no haya periódico. No soy borde, soy antisistema. Las navidades me la bufan.
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Tamara es como un huevo Kinder, no sabes que juguetito encierra. O como una muñeca rusa que esconde capas y capas de matrioskas. Conocíamos a la Tamara enamorada perdonando los devaneos de su novio.
PILDORAZO
Soy cañera y polémica y no cejo hasta darme el hostión. Discutir por discutir es una chorrada, ¡ojo! salvo que te paguen (matiz importante). Mira los profesionales grouchomarxistas de los medios, tienen sus principios, pero si a su jefe no le gustan, tienen otros. Ahora mismo, cualquier boticario te hace un informe a la carta y te da el coñazo impunemente.
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Lo entiendo, lo comprendo. Con el sol, el calor y las endorfinas se nos va un poco la olla. Es verano, la gente fluye, se dispersa, se ilusiona. Hasta Letizia ha dado un paso más superando sus propias líneas rojas. Su vestido corte sirena Hugo Boss, plateado, insinuante, súper escotado tan ceñido que se marcaba todo (y todo es todo) ha provocado un escándalo internacional.
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Estoy obsesionada con la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Tanto, que hasta he soñado con González Pons y Félix Bolaños. Me había reunido con ellos en un despacho de la Comisión Europea y no precisamente para un trio erótico. Y hasta aquí puedo leer, que los sueños los carga el diablo.
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Tomar la iniciativa está sobrevalorado. Lo que importa es la eficacia. O sea, rematar la jugada. Hay que precisar qué tipo de iniciativa y qué grado de eficacia. Pero no vamos a marear la perdiz.
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Cada vez los animales son más listos y los humanos más tontos. Mira las redes sociales. Instagram y Tik Tok están llenos de mascotas monísimas haciendo cosas chulísimas, diría la felizmente desaparecida en combate, Yoli Díaz. Perros, gatos, monos y cobayas, subiendo, bajando y dando el coñazo. Los cuatro patas se van a comer la tostada. Y espérate que pacten con los robots, que también nos la tienen jurada. Nos quedan dos telediarios.
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Seguro que alguna vez te has preguntado quién será el iluminati que pone nombre a las tormentas. Vale cualquier pregunta por absurda que sea. Cualquiera, excepto ¿Qué es terrorismo? dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. Eso ni se toca. Pero sigamos con rayos y truenos.
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Como ya sé que vamos a empezar con las tonterías navideñas de elegir el personaje del año, lo mejor del 2023, la tendencia más cool y la palabra más guay, o sea, la coña marinera de siempre, pues mira, me adelanto, que el que pega primero, pega dos veces y te lo pongo en el título.
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El Guggehnheim ha comprado obras de arte por valor de 10 millones de euros. Elsworth Kelly, Jenny Holzer, Esther Ferrer y otros “cracks” que te suenan poco o nada.
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