Con la llegada del mes de agosto, todo el mundo se va de vacaciones. Hasta la Aitana se va en un vuelo de última hora y sin su chorbo. La Vani y la Puri no se pueden ir ni a El Escorial. Según nos cuentan hoy Azucena del Valle en su artículo "¡Holidays!", el irse de vacaciones fomenta el divorcio, al igual que ocurrió con la pandemia. Mejor será quedarse no sea que hasta los no binarios se separen de sí mismos. Un servidor ni a la playa se podrá acercar este verano.