«¡oh padre porqué me habré yo abandonado!»
22/02/2025@11:11:00
Si algo se percibe al entrar en este hermoso y palpitante poemario, repleto de imágenes imprevistas y extraordinarias (v.gr. hay nubes tan largas), titulado sucintamente Apenas, es que está escrito y concebido desde la conciencia de «la desnudez del otoño» (v.gr. a pablo); es decir, desde esa conciencia de la vida vivida ya (v.gr. ¿cómo fue?), aunque nunca esté uno seguro de cómo el tiempo se nos ha escapado (v.gr. me compré un reloj) y de cómo nos hemos llegado a encontrar así, súbitamente, solos. Y es, desde esa conciencia de lo que merece y no merece la pena, desde la que el poeta Pablo Mackenna entiende que no hay que no hablar del mundo real, del yo real, en un poema (v.gr. este poema no es un poema), pues, en la lucidez del otoño, si uno ha vivido –y este poeta lo ha hecho, se nota en sus versos: aun sin haber controlado todas las variables–; traspasado, de parte a parte, por una autocompasión que no estamos seguros de si es merecida o inmerecida –eso, al fin, no importa tanto–, sabe el valor de las lítotes y de las paradojas.