Hace unos 35 años, cuando todos estábamos estudiando inglés, había un programa llamado Pedagogical pop, para hacernos llegar el “idioma de Shakespeare” mediante las letras de canciones. Nada nuevo, ya las letras de los Beatles (recuerden Vivir es fácil con los ojos cerrados) servían para eso ─presuntamente─ desde los años 60. Pero yo quería hablarles de un fenómeno distinto: lo que he titulado pop histórico, no porque los temas sean especialmente memorables, que también, sino por ser sus letras de dicho asunto.