Taurus, Barcelona, 2020
Se trata, en realidad –o así creo que podría interpretarse- como una fidelidad a sí, a sí mismo, si bien como signo de gratitud, de vida, hacia una cultura que, como hombre, se lo ha dado todo. No solo conocimiento, capacidad de discernir y observar, sentimiento estético hacia las cosas y transigencia hacia la palabra del hombre, sino también esa armonía que se obtiene del silencio cuando el espíritu vive o ha vivido la armonía derivada del ser de otros, del pensamiento de otros.