25/01/2024@16:16:00
Fedón o de la inmortalidad del alma, como casi todos los diálogos platónicos, es un abanico de varia y abigarrada materia; acaso no incordie una sumaria enumeración: la prueba de la inmortalidad, que ya se anuncia desde el título, sustentada en un minucioso desarrollo argumentativo de Sócrates; el ejercicio de la filosofía como una severa (y ascética) preparación para la muerte; la templanza como virtud cardinal del sabio; la clara alusión a la teoría pitagórica de la metempsicosis; el camino de las almas en dirección al Hades; la hipótesis de que el conocimiento es, por sobre todas las cosas, reminiscencia (“aprender no es más que recordar”, se subraya y reitera); el célebre y último recordatorio de Sócrates: “Critón, debemos un gallo a Asclepio” (no y de ninguna manera a Esculapio, versión romana y, obviamente, posterior de Asclepio; difícilmente Sócrates y sus discípulos pudiesen adivinar, a tantas décadas vista, cuáles serían las correspondencias entre los dioses griegos y los romanos).
OPINIONES DE UN LECTOR
EJEMPLARES VIVOS A LA LUZ DE LA LUNA de Josefina Martos Peregrín. Editorial Amarante. Una novela (con reflejos de ensayo) de 284 páginas, 38 capítulos/relatos repartidos en dos partes. En “Punto cero. ¨Reflexiones y reflejos”, la primera, que va de la página 11 a la 153, hay 19 capítulos. En la segunda parte, “la cara oculta”, que va de la página 157 a la 153, otros 19. Una dedicatoria: “Para Juan Manuel, el más feliz de mis espejos”. Dos partes que funcionan como un espejo, a un lado Eva Petrovna y al otro su reflejo, Josefina. Comienza con una cita de Jean Cocteau: “Los espejos son las puertas a través de las cuales la muerte va y viene”. Un libro que refleja un laberinto de palabras/espejo por donde la autora entra y sale en “una proyección del yo” que se hace nosotros. La propia autora se refiere a este libro como un “caleidoscopio escrito”. En cierta medida es también un viaje por el lenguaje y las lecturas. Dice la orientalista-espiritualista Alexandra David-Néel: “he ido al corazón de la espesura por senderos inverosímiles”, y eso es lo que ha hecho Josefina Martos para escribir este libro. Convertirse en un conjunto de personajes femeninos que entran unos dentro de los otros como si fueran muñecas matrioscas con reflejos de novela coral. En mi modesta opinión, a Josefina deberíamos prestarle más atención lectora, sabiendo que ella misma nos aconseja en la página 160 cómo debemos ser sus lectores: “sobra cualquier tipo de erudición, basta con leer y seguir el hilo de lo que iré contando”.
Este es mi cuerpo
Aves o flores ofrece Susana Benet en la acuarela sutil que da entrada a este poemario. Pétalos o almas sin color que auguran la luz y la sombra difuminándose en nosotros a través de la memoria y el negro. Parecería entonces que el autor de los textos va a imbuirnos en un mundo ascético, austero y monacal como anticipo de la sobriedad de la muerte. Nada más lejos. Al igual que sucede con la expectativa que genera el título Migración del Alma, la acuarela de Benet es muestra lo que no muestra, y que sin embargo está ahí delante, solo en frente de los ojos iniciados, todo el blanco que es luz y es esperanza para los que viven despiertos a la vida. Despiertos a la vida. Al viaje incesante y la muda continua de formas, de contactos, de vivencias.
|
El sexto poemario de Diego Medina Poveda (1985) mereció el accésit del Premio Adonáis 2019. Premio Manuel Alcántara 2018 por su poema “Contrapicado”, Poveda es filólogo por la Universidad Complutense de Madrid y en 2014 fue becario del Área de Publicaciones de la Biblioteca Nacional de España.
Tras ese sacudir de la conciencia que supuso Rebato del tiempo (Samarcanda, 2016), Carlos Vaquerizo regresa con este volumen, "Versos del equilibrista", publicado por la editorial Verbum, como fruto de la obtención del XXXVII Premio Internacional de Poesía “Juan Alcaide”, invitándonos a una búsqueda entre la ensoñación y lo real; un poemario donde se muestra la fragilidad del ser que siente la espera ante el precipicio.
|
|
|