Machado libros, Madrid, 2021
Los estudios literarios son una fuente privilegiada de información respecto del discurso y su comprensión, máxime cuando el responsable de tales estudios no solo ejerce de lector univoco y atento, sino que, desde sí, elabora sus propias sugerencias de lectura. Y este es el afortunado caso del libro que nos ocupa, no en vano Valery ha sido un eximio representante de la interpretación del discurso literario, ya fuere por la inteligencia penetrante en lo narrado, como por su propia condición de autor: un sugeridor-observador exquisito (A este respecto recuerdo la frase que se atribuye como observador: “Hay fachadas que sonríen, otras que lloran, otras de estirpe más bien taciturna…)