Luis Bravo se posiciona como una voz emergente y singular dentro de la nueva generación de poetas españoles. Su obra "
Hojas de acanto y rosas" destaca por abanderar una suerte de neorromanticismo empañado por la impronta de la Escuela de Trieste. Este enfoque contrasta con las tendencias más experimentales y rupturistas de otros jóvenes poetas como Ángela Segovia, Rodrigo García Marina o Berta García Faet.