A buen seguro desdeñaré al que tome por lo serio este palique, hecho primero para enseñar a despreciar que a justipreciar lo que algo vale. Despreciar, aunque contiene tonos peyorativos, es actividad principal de los científicos. Despreciar es quitar valor, estima, lo que sobra, como decía el filósofo Spinoza. La jerga científica, que a sí misma y engreída se llama naturalista, como si el concepto de lo natural fuera superior a todo otro concepto, ocupa su lugar en el mapa del saber humano sin que los filósofos se tomen la molestia de encararla, de cuestionarla.