Sergei (Grigory Dobrygin), su esposa Natalia (Chulpan Khamatova) y sus dos hijas Alina (Naomi Lamp) y Katia (Miroslava Pashutina) han solicitado asilo en Suecia. Debido a sus declaraciones y publicaciones críticas con el sistema, Sergei ha sido objeto de hostilidad e incluso de amenazas en su país natal, Rusia, por lo que teme por su vida y la de su familia. Como no pueden proporcionar testigos ni pruebas a las autoridades de inmigración suecas, su solicitud es rechazada y tienen poco tiempo para evitar la deportación a Rusia. Katia, la única testigo del ataque a su padre, ahora debe declarar, pero esto tampoco sucede.