07/11/2016@20:14:30
La buena literatura exige buena raíz de donde nutrirse para que la historia narrada no solo tenga la calidad suficiente –la que otorga una formación sólida- sino, derivado de ello, el lector se encuentre con un argumento que aporte rigor especulativo, pensamiento y no sólo ese discurrir realista que, reproduciendo una mera narración viva, convoque por lo detallado de las cosas reunidas sino que a éste, al lector, le haga partícipe de algo original, distinto, válido para el ejercicio de la inteligencia que es quien, al fin, ha de salir beneficiada a sabiendas de que la historia de las cosas las aporta su ser de cada día, a veces mejor contada que el propio autor-imitador.