El verano es tiempo de descanso y de lecturas. Algunos lo hacen en las playas, otros en la montaña, pero en cualquier entorno suele gustar a casi todos los lectores la novela negra para pasar ese tiempo de asueto. He aprovechado este verano para releer una novela que en su momento me impresionó y quería saber cómo se mantenía dos años después de realizar la lectura por primera vez y la experiencia no ha podido ser más gratificante.