La primera vez que leí el título de la más reciente entrega del escritor puertorriqueño Julio César Pol (1976), "Sumo extranjero" (Isla negra, 2022) lo entendí mal. Es un título cautivador, en parte por su riqueza semántica. Yo pensé que “sumo” se refería a néctar, jugo, extracto. Pero no es a ese sumo a quien Pol le dedica su libro, sino al luchador del deporte japonés, específicamente al sumo extranjero, es decir, al luchador que no es de origen japonés, pero que adopta el deporte nacional de ese país. Extraña premisa para un escritor puertorriqueño tan geográficamente removido de esa cultura, no sólo la japonesa sino la muy específica cultura del mundillo del sumo, y más aún, del sumo extranjero. Tampoco sabía, admito, que se trataba de un libro de microcuentos dado que los que hemos seguido a Pol lo conocemos como un gran poeta, autor de los libros mardigras (2017) y El ala psiquiátrica (2020), y como el director de la mítica revista El Sótano 00931.