La relación entre el juego de apuestas y la literatura ya ha sido profundamente explorada, y aun sigue habiendo ejemplos de nuevas creaciones que abordan esta cuestión. Es que hay un vínculo insoslayable entre el azar y el arte, un vínculo que se hace evidente en textos que tratan las apuestas de manera directa, pero que también está presente, podría pensarse, en todo tipo de obra literaria, incluso en las más estructuradas; Edgar Allan Poe, según lo que se lee en su «Filosofía de la composición», no estaría de acuerdo, pero se puede aventurar que el azar es una parte constitutiva del arte, lo que hace que un texto deje de ser una anécdota y se convierta en un cuento, o que un artículo abandone su naturaleza informativa para convertirse en un ensayo.