Numerosos artistas han tratado de dar vida a los célebres tercios españoles, pero nunca desde la fotografía, disciplina de la que se vale Jordi Bru para crear auténticos frescos de la época, como si de cuadros de Augusto Ferrer-Dalmau se tratara, impregnados del realismo, el dramatismo y la épica que le confiere la preciosista lente de este veterano reportero gráfico.