J. M. Guelbenzu se alimenta de los clásicos del género para retomar la carrera judicial de Mariana de Marco en "Nunca ayudes a una extraña". En esta ocasión la intriga parece estar resuelta desde el primer momento, pues un más que evidente suicidio, no da para muchas indagaciones. Sin embargo, la muerte siempre cruel e implacable de una persona, no parece estar afectando a ninguno de los familiares cercanos a la víctima, que buscan pasar página lo más rápido posible.