PLAZA DE GUIPÚZCOA
Me pregunto hasta qué edad está permitido hacer el ridículo. Y no me refiero a los políticos. Un político vive al día y nunca piensa que puede resultar grotesco o esperpéntico. Tampoco creas que es un narcisista necio y ególatra. Lo que pasa es que sabe que si la mete hasta el corvejón, su mafia y su peña le van a solucionar el pifostio.