SALA DE LECTURA
Poco antes del abismo todo se transforma y lo desconocido hace acto de presencia. Recordamos entonces el devenir de las cosas sencillas. Desciende el cuerpo a los infiernos que es como regresar a la vida, al origen de la voz y la palabra, dones supremos. Caminar sobre el agua, recorrer las paredes bocabajo, flotar en el aire hasta sumergirnos en el inmenso firmamento o el ajardinado solar de las estrellas. Sólo hay que dejarse llevar por su música interior. Remover las entrañas mismas, buscarse en el vuelo del águila o la corriente de un río, en la copa de un árbol o en el silencio absoluto de un desierto sin nombre.