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Tal como escribe Vicente Barberá (Castellón, 1937) en el extenso prólogo —más de veinte páginas— de “Flor en el agua” (Lastura, 2018), tras realizar dos viajes a Japón, entre 2013 y 2014, quedó fascinado con la riqueza de la cultura nipona. No es para menos. Tras dedicar su vida a la docencia, siendo inspector de Educación, pedagogo y autor de varias decenas de libros sobre evaluación pedagógica, Barberá despertó como poeta —tardío, según Pedro J. de la Peña en su prólogo a “Después del amor”— en el año 2014 con la publicación de “De amor y sombras” (Páginacero Ediciones) y desde entonces son cuatro sus libros publicados con aspiraciones líricas. Además, Barberá es uno de los miembros fundadores del grupo literario “El limonero de Homero”, lo que le ha llevado a participar en sus diversas antologías, también como poeta.