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Firma invitada

14/05/2021@20:03:12

The Encyclopaedia Britannica poorly affirms that Melville's Moby Dick (1) admits “numerous, if not seemingly infinite, readings” (2), and that the keys to understand it are the biblical verses and names. This suggestion is based in the old hermeneutics, whose three mainstays are: “mystice”, “allegorice”, “symbolice”.

Una de las consecuencias que aparecerá para las personas que en España leerán el libro “Las raíces de Europa” será la de cerciorarse cuánto ADN de origen báltico contiene su sangre. Ya lo hizo el historiador y autor del prefacio de “Las Raíces”, Joaquín Javaloys: “…se deduce que los españoles tenemos un componente báltico en nuestro ADN de un porcentaje que suele ser de un 7 a un 14 por ciento”. Para los lectores que en su familia tienen personas de apellido Rodríguez, Galindo o Galindez, la respuesta será fácil, porque su ascendencia goda, o modernamente llamada “báltica”, está signada en estos apellidos.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

No sé ni qué decir del tsunami madrileño. Intentaré no sacar los pies del tiesto, aunque lo tengo difícil con Carmen Calvo y sus berberechos fascistas. Resultan insoportables las consignas basura, hipérboles y topicazos que han utilizado estos señores que viven a nuestra costa como dios. Como dios y como el populista Miguel Ángel Revilla, que le han pillado de farra fumándose un puro en sentido real y figurado.

Me he enterado de un proyecto que lleva años incubándose, para crear la Casa de América o un Instituto Cultural Latinoamericano en Málaga, por parte de un grupo de amantes de la cultura hispana y su proyección mundial, liderado por José Antonio Sierra. Y me ha sorprendido la noticia. No porqué unas personas de reconocida trayectoria hayan tenido esta ocurrencia, sino ¿cómo no existe ya en esta muy noble, muy leal y muy hospitalaria ciudad mediterránea una institución que conserve y refuerce los lazos que la unen con esos países que, además de la lengua, comparten una cultura y una historia común?

Ricardo Bellveser Icardo (Valencia, 27 de noviembre de 1948) se licenció en Periodismo por la Escuela Superior de Madrid con una tesis de licenciatura sobre la revista Clima que obtuvo la máxima calificación. Después, se licenció en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Como último trayecto como estudiante universitario se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia con una tesis de licenciatura sobre La Comedia Bribona del «pare» Mulet (1624-1675) que obtuvo la máxima calificación. Bellveser es ensayista, novelista, profesor, conferenciante; un periodista de dilatada experiencia que, también como poeta, es autor de una apreciada obra que comenzó a publicar en 1977 y llega hasta 2020. El mediterranismo, es uno de los rasgos que se ha mantenido vivo en su poética a lo largo de esos cuarenta y tres años de trayectoria.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Dice un famoso coach de esos que te cobran un pastizal por soltar obviedades y paridas, que digerir el éxito es más difícil que gestionar el fracaso. Mira, colega, dos cositas te voy a decir, la primera, que coach tenías que ser. Y la segunda, que el acervo popular lo ha sentenciado mejor que tú: “Dios da pañuelo a quien no tiene mocos”.

Hace aproximadamente un año, en esta misma página les dejaba un artículo titulado “Los libros de viajes”. Trataba del auxilio que les prestaría este género ante la privación de todo tipo de excursiones que se nos vino encima con las restricciones de la epidemia, y para el caso les recomendaba algunos títulos, subrayando un par de ellos por colosales: La descripción de Grecia (s. II d. C.) —o también conocido como Los viajes de Pausanias— y El periplo (entre 1350 y 1368) —en España, titulado A través del Islam—, de Ibn Battuta, el Tangerino; tomazos que fueron ignorados hasta el s. XIX, pese a constituir enormes —y hoy imprescindibles— corografías para historiadores y arqueólogos; el primero, de la Grecia Clásica —ya en su romanizado declive—, y el otro, de los sucesivos reinos musulmanes, desde el Mediterráneo hasta las ensoñadas islas de las especias, con un largo retorno por la reverberante y estremecedora soledad del Sahara.

Concluía mi primera aproximación a la mujer y poeta Pilar Quirosa con los versos finales del poema “Moonligt”, perteneciente a su libro “Estela sur”, que en su día tuviera a bien dedicarme del literal siguiente: “A vosotros, José Antonio y María Isabel, mis amigos en este Sur, a vuestros hijos, Macarena y Javier y, especialmente a vuestro nieto, Juan, con las ramas abiertas hacia lo mejor del futuro, lleno de sensibilidad y esperanza. Un abrazo grande.Firma y fecha: Almería, 14/9/10”. De esto hace ahora once años. Pero la luz de su palabra sigue guiando a quien esto escribe, desde el amor por la poesía y la literatura como forma de vida y compromiso con la otredad, que siempre vivió en Pilar, en carne y alma, porque ella siempre me acompaña, nos acompaña en humano y solidario sentir. Cada día y cada noche que su recuerdo fluye por la estancia donde sigo componiendo versos y sueño, es más dolorosa su ausencia. Saber que ya no está entre nosotros es un duelo permanente que solo logro calmar con la lectura de sus libros, con la presencia de su palabra que ahora reposa sobre me mesa en forma de tratados de verdadera amistas y compañerismo, por mucho que en ocasiones hubiera las discrepancias propias de seres diferentes, pero respetuosos con el pensamiento individual de cada uno.

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Por Eva Losada Casanova

Cuando hablo de la intencionalidad de la escritura, mi memoria regresa una y otra vez, como niño hambriento, a uno de los grandes personajes del escritor madrileño Luis Landero. Recuerdo como, a lo largo de la lectura de El guitarrista, este personaje se pasea por los rincones de su vida exclamando a los cuatro vientos que está escribiendo una novela, lo hace con una mezcla de altanería y desasosiego. ¡La novela del eterno novelista! Aquella que no solo nunca se acaba sino que comienza cien veces, quizá mil. La edad temprana es ese campo de cultivo en el que la romántica idea de ser escritores va y viene como una cometa. Colorida y libre. Queda muy bien hacer volar nuestra cometa mientras compartimos unas tapas en un bar o bajo un hipnótico y peligroso cielo estrellado. El problema es que llega un momento en el que ese trozo de tela se hace pequeño en un cielo limpio y azul o bien cae en picado y descompuesto a nuestros pies.

El poemario del escritor invita a conocer el infinito de la realidad y el abismo de los sentimientos desde una visión personal y trascendente del tiempo y de la vida. Versos encarnados en experiencias llenas de lucidez y desvarío. Un juego de luces y sombras que sorprende siempre al lector.

«De entre la gran diversidad de testigos del fenómeno ovni sin duda son los pilotos, civiles y militares, los más cualificados por su experiencia aeronáutica. A ellos se deben normalmente los informes más precisos y ricos en datos sobre avistamientos y maniobras de objetos volantes no identificados. Sin embargo, los dossieres por ellos proporcionados permanecen casi siempre celosamente custodiados por los Gobiernos bajo el sello de Top Secret». Abrimos este artículo con las palabras escritas en su momento por un joven estudioso de nombre Manuel Carballal - un hombre tranquilo que ha publicado una de las primeras biografías en torno a un personaje llamado Carlos Castaneda celebrándose en estos días 23 años de su muerte y que Carballal ha intentado describir en su «La Vida Secreta de Carlos Castaneda» cuyo libro «Las Enseñanzas de don Juan» ha dado pie a todo un fenómeno editorial.

El día 4 de julio de 1934, en una de las sesiones más roncas de la Segunda República, tras la intervención de José María Gil-Robles, uno de los diputados de la CEDA llamado Jaime Oriol se lanzó al cuello de uno de los diputados socialistas Juan Tirado Figueroa y le propinó un puñetazo. Varios diputados socialistas acudieron en su defensa, entre ellos Indalecio Prieto que sacó una pistola y apuntó al político de derechas. Indalecio Prieto alegó que un diputado de la CEDA había sacado otra unos minutos antes. Por desgracia las balas y las pistolas no son nada nuevo en el Congreso de los Diputados, la única forma de que no hablen las balas es que lo hagan los libros.

Representa para mí una gran satisfacción poder compartir con los lectores de Todo Literatura el prólogo de “El crimen y su proyección en la cultura”, obra colaborativa publicada por Tres Fronteras ediciones. El libro que os presentamos se origina en un curso celebrado en la Universidad Internacional del Mar de Murcia en el verano de 2019, el cual nunca hubiera tenido lugar sin los desvelos y el buen hacer de su director, el profesor Juan José Nicolás Guardiola, y de la organizadora de las jornadas, Inmaculada Olmos. Se trata de una obra colaborativa que reúne 9 ponencias sobre la compleja y fértil relación entre el arte y la cultura, por una parte, y el mundo del delito y el crimen por otra.

España conquistó imperios y reinos y los consideró como tales, hasta su emancipación entre 1810 y 1824. Reinos con la misma consideración que los peninsulares, siendo los virreyes la máxima jerarquía en dichos territorios que representaban y ejercían la autoridad del Rey en Valencia, Navarra, Nápoles, …, Nueva España, Perú, Nueva Granada y Río de la Plata.

Lamento la decepción de los lectores que piensan encontrar un artículo sobre aquel mítico guerrillero argentino-cubano de los años sesenta. Estas líneas están dedicadas a ese vocablo rioplatense tan difundido en el mundo, que además del nombre de la letra CH, es otro reemplazante del TÚ que tanto nos cuesta.

Te he buscado en todas mis albas y ocasos
y he tendido hacia Ti mis manos y mi rostro.
Por Ti suspiro con corazón sediento y asemejo
al pobre que pide por puertas y umbrales

La Málaga de hace mil años dio al mundo un fruto perfumado de tres culturas. Los musulmanes lo llamaron Abu Ayyub Sulaiman Yahya Inb Yabirul; Avicebrón o Avencebrol los cristianos, y los suyos -los judios- Rabí Shelomó Ben Yehudá Ibn Gabirol (de acróstico RASHBAG).

FIRMA INVITADA

Por Margarita Melgar, autora de "El verano de nunca acabar"

A la gente le extraña muchísimo que Margarita Melgar seamos dos (Ana Sanz-Magallón y Montse Ganges), y que escribamos novelas. También escribimos guiones, pero esto no sorprende tanto: como espectadores ya sabemos que las películas son cosa de muchos. Pero como lectores, seguimos esperando que el autor sea esa Sherezade que se sienta a nuestro lado para susurrarnos solo a nosotros una historia, así que una novela escrita a cuatro manos suscita más preguntas. Por lo menos dos: cómo y por qué.