En su salón, famoso por las tertulias hasta altas horas de la noche, se reunían los principales intelectuales y artistas de la época. Domina una brillante oratoria y posee una importante y prolija producción epistolar: Cher Voltaire, Lettres inédites de Madame du Deffand à sa famille, D'Eros à Agape où les correspondances de Mme du Deffand avec Horace Walpole.
PLAZA DE GUIPÚZCOA
Llevo una semana en Barcelona. Necesitaba achicharrarme al sol. Siempre busco el sol, el vellocino de oro de los Argonautas. Vuelvo a Barcelona porque está en el Mediterráneo, como dice Serrat. Y porque me pilla más a mano que Ceuta o Melilla. Allí tampoco está el horno para bollos, pero no sé si prefiero el carajal marroquí o el pifostio catalán.
“El lenguaje es un leve puente de sonidos que el hombre echa por el aire para pasar de su orilla de individuo irreductible a la otra orilla del semejante, para transitar de su soledad a la compañía”, escribió el poeta y ensayista Pedro Salinas. Uno de los hombres que construyó más fraternales puentes de sonidos a un lado y otro del Atlántico fue el rapsoda José González Marín (1889-1956), declamando y encarnando la poesía de autores como Rubén Darío, Salvador Rueda, Antonio y Manuel Machado, Lorca, Alberti, Nicolás Guillén…
Cuando lean estas líneas, seguramente se estará conmemorando el luctuoso centenario de la matanza de Tulsa, mencionada a menudo desde el crudelísimo asesinato de George Floyd, el año pasado, en Mineápolis, o quizás ustedes acaben de ojear en su periódico de cabecera que también se cumple idéntica efeméride del nacimiento de Alida Valli, aquella actriz que dejó con un palmo de narices a Joseph Cotten, en la alameda central del cementerio de Viena. Y mientras sopesaba si decantarme por uno u otro señalado cumpleaños o tal vez buscar un tercer asunto más literario como argumento para este par de páginas, supe que el próximo diez de junio se estrenará comercialmente Fellinopolis. Ya no me cupieron dudas: ante el prodigioso Federico Fellini, todo lo demás, por muy respetable que sea eso de exhibir un siglo a cuestas, se me antojaba secundario.
GALERÍA DE ESCRITORAS SINGULARES
Florencia Pinar se salvó del seudónimo, y sin pelos en la lengua firmó tal cual, con su nombre y su apellido. Cantó al amor más femenino en una época convulsa llena de contrastes y sospechas.
Retomo la lectura de la obra poética de Pilar Quirosa con el libro “Et signa erunt”, que en su traducción viene a decir algo así como “Y las señales son”, publicado por el Ayuntamiento de Málaga en su, desgraciadamente desaparecida, colección “Ancha del Carmen”, título tomado en recuerdo de uno de los lugares más castizos o emblemáticos de dicha ciudad.
Me ha costado escribir esta nenia a José Manuel Caballero Bonald, porque la prensa durante estos días ha publicado, bien por el conocimiento de su prolija obra o bien por la cercanía con el escritor jerezano de sus autores, necrológicas muy notables y mucho más enjundiosas de cuanto acertase yo a decir. Y por otra parte, disponiendo de esta página, me resistía a dejar pasar una ocasión tan crucial como su fallecimiento, sin recordar una intención que adiviné durante la lectura de una de sus novelas, y que luego he encontrado explicada en alguna de sus entrevistas donde se abordaba ese empeño directa o tangentemente, mientras que en la actual narrativa de nuestro país tal propósito de Caballero Bonald parece rechazado si no es ya perseguido con un silente encono, por mucho que todo el universo libresco español se haya deshecho la semana pasada en elogios y en otros ditirambos laudatorios a su figura.
FIRMA INVITADA
Por Eva Losada Casanova
Cuando hablo de la intencionalidad de la escritura, mi memoria regresa una y otra vez, como niño hambriento, a uno de los grandes personajes del escritor madrileño Luis Landero. Recuerdo como, a lo largo de la lectura de El guitarrista, este personaje se pasea por los rincones de su vida exclamando a los cuatro vientos que está escribiendo una novela, lo hace con una mezcla de altanería y desasosiego. ¡La novela del eterno novelista! Aquella que no solo nunca se acaba sino que comienza cien veces, quizá mil. La edad temprana es ese campo de cultivo en el que la romántica idea de ser escritores va y viene como una cometa. Colorida y libre. Queda muy bien hacer volar nuestra cometa mientras compartimos unas tapas en un bar o bajo un hipnótico y peligroso cielo estrellado. El problema es que llega un momento en el que ese trozo de tela se hace pequeño en un cielo limpio y azul o bien cae en picado y descompuesto a nuestros pies.
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José Ortega y Gasset era conocido con el sobrenombre de "El americano", estudió bachillerato en el malagueño colegio de San Estanislao de Kostka en la barriada de El Palo. Su discípula veleña María Zambrano también formó parte del nutrido grupo de españoles que dejaron huella con sus
andanzas por tierras americanas. Y solo cito un par de ejemplos de hijos de Málaga, pero vaya par de ejemplos.
No todas las novelas que contienen una historia de amor son novelas románticas.Un ejemplo: Drácula de Bram Stoker. ¿Hay una historia de amor? Sí, la del conde Drácula y Mina. Todas sus páginas están escritas con la idea de demostrar que el amor verdadero va más allá de la muerte, la trasciende. ¿Es una novela romántica? No.
GALERÍA DE ESCRITORAS SINGULARES
Pocos y controvertidos son los documentos que se conservan de la vida de la actriz y muchos se han reconstruido a partir de las comedias de santos, tan prolíficas en el siglo de Oro. Su vida cruzó los límites de la realidad y se hizo teatro, comedia musical y texto literario.
Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra
La nueva perla documental, dejada en tintero por los biógrafos cervantinos en los últimos 131 años, fue redescubierta por el benemérito profesor Jorge Alberto Jordán Fernández, doctor por la Universidad de Sevilla, cuya trascripción fue efectuada de una forma correcta y completa por el documentalista Javier Serrano Pinteño, y por primera vez se dará a la estampa en mi «Vida de Miguel de Cervantes Saavedra».
PLAZA GUIPÚZCOA
Solo nos faltaba lo de Marruecos. No tenemos bastante con la política de andar por casa y tenemos que licenciarnos en derecho internacional. La ministra González Laya está indignada. Ella es una mujer tranquila y cachazuda y no ha venido pa´llevarse estos soponcios.
Editorial Alderabán/Alfonsípolis. 2021
En el presente libro (MI 6ª LIBRO DE HISTORIA) tengo el placer, perseguido durante mucho tiempo, de acercarme al monarca leonés y europeo más importante de la primera mitad del siglo X. Su fuerza, su poder, su magisterio imperial y su idiosincrasia aureolan toda su vida. No estaba destinado a ser monarca primigenio, ya que era el tercer hijo de un padre muy importante.
Cuando las noticias que nos llegan son de un auténtico caos y no sabemos en ocasiones para donde mirar... y leemos los distintos artículos firmados por la escritora Arundhati Roy y su «Corazón sedicioso. Ensayos reunidos».
FIRMA INVITADA
Por Margarita Melgar, autora de "El verano de nunca acabar"
A la gente le extraña muchísimo que Margarita Melgar seamos dos (Ana Sanz-Magallón y Montse Ganges), y que escribamos novelas. También escribimos guiones, pero esto no sorprende tanto: como espectadores ya sabemos que las películas son cosa de muchos. Pero como lectores, seguimos esperando que el autor sea esa Sherezade que se sienta a nuestro lado para susurrarnos solo a nosotros una historia, así que una novela escrita a cuatro manos suscita más preguntas. Por lo menos dos: cómo y por qué.
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