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Firma invitada

24/03/2021@07:01:47

La importancia de la mitología griega para con la cultura occidental y las formas de vivir no solo de las gentes de Occidente, sino también de las de más allá, es algo a tener en cuenta. La influencia de la Antigua Griega en el día a día está incluso presente en las vidas de quienes por completo desconocen quiénes son las figuras más importantes de una Grecia que se consideró mitológica desde los años 900-800 A.C. en adelante. Una en la que personajes como Ulises o lugares como Troya tienen una relevancia capital y han sido estudiados y examinados en profundidad a lo largo y ancho de la historia de la humanidad.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Vaticiné un 2020 apestoso y catastrófico, bisiesto y capicúa al revés. No me extraña que la pandemia se oficializara con los Idus de Marzo. Todo lo que tenga que ver con los números me da yuyu, tío. La aritmética es la ciencia sagrada y Pitágoras su profeta. Con estas cosas del esoterismo soy muy cuidadosa y selectiva. No te vas a creer a cualquier chamán, iluminado, gurú, epidemiólogo o “experto” que te quiera vender la moto.

Contamos historias desde siempre. El ser humano pregona su fragilidad contándolas. Al fin y al cabo, cada historia que se cuenta es una vida. Vida contada o escrita para ser escuchada o leída.

Hay, afortunadamente, personas que tienden puentes, que construyen allí donde la historia destruye y rescatan la memoria de quienes han caído en el olvido. Personas que dibujan horizontes, que se manifiestan como lluvia fina (pero constante) de preguntas incómodas en medio de verdades comúnmente aceptadas, que abren interrogantes y causan extrañeza a sus contemporáneos. Es el caso de la pensadora María de los Reyes Laffite y Pérez del Pulgar, condesa de Campo Alange (Sevilla, 1902- Madrid, 1986).

PLAZA DE GUIPUZCOA

Seguro que recuerdas el Circo del Sol. Fantástico espectáculo, sí, pero se fue a la bancarrota. Demasiado preciosismo y perfección. Al Homo Sapiens del S. XXI lo que de verdad le mola es el circo de la alta política. Sobre todo la lucha en el barro cuerpo a cuerpo.

Descubrir es lo que la profesora Eva Fernández del Campo ha realizado en su trayectoria profesional como personal y eso se deduce solo con ver los trabajos publicados hasta el momento. «En la materia del mundo» de una manera muy resumida como si llevara un diario nos acercamos a través de la palabra a una civilización mil veces milenaria. Con los métodos actuales nos asomamos a la Sabiduría del Conocimiento y de los nombres pues su trabajo sirve también para hacer un homenaje a los autores que ya no están y a aquellos con los cuales la autora habrá dialogado para realizar los mismos.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

No me da la gana de elegir entre monarquía o república. Imagínate que tenemos un presidente de la república como Ábalos, ya te digo que me exilio a Abu Dabi. Con cuatro millones de parados y dos más de ERES y ERTES solo faltaba marear la perdiz con frivolidades ideológicas. La Liberté, egalité, fraternité es demagogia barata.

Releo la Historia y no dejo de asombrarme

Leo y aplaudo con entusiasmo el magnífico libro de Ana Caballé Concepción Arenal, La caminante y su sombra, (Taurus), con el que tanto aprendo, no ya solo por su biografía precisa, documentada y analizada, ganadora merecidísima de Premio Nacional de Historia 2019, sino por la lección de historia tan amena y fiel que nos narra de ese siglo español tan convulso y complicado.

FIRMA INVITADA

Por Eva Losada Casanova

Cuando hablo de la intencionalidad de la escritura, mi memoria regresa una y otra vez, como niño hambriento, a uno de los grandes personajes del escritor madrileño Luis Landero. Recuerdo como, a lo largo de la lectura de El guitarrista, este personaje se pasea por los rincones de su vida exclamando a los cuatro vientos que está escribiendo una novela, lo hace con una mezcla de altanería y desasosiego. ¡La novela del eterno novelista! Aquella que no solo nunca se acaba sino que comienza cien veces, quizá mil. La edad temprana es ese campo de cultivo en el que la romántica idea de ser escritores va y viene como una cometa. Colorida y libre. Queda muy bien hacer volar nuestra cometa mientras compartimos unas tapas en un bar o bajo un hipnótico y peligroso cielo estrellado. El problema es que llega un momento en el que ese trozo de tela se hace pequeño en un cielo limpio y azul o bien cae en picado y descompuesto a nuestros pies.

Mi amigo Alfons Cervera acaba de publicar Algo personal; una colección de cincuenta artículos sobre otros tantos títulos literarios que considera memorables. Lejos —como explica en el prólogo— de tener la menor pretensión académica y, por supuesto, de haber aplicado criterios filológicos para componer la selección, Alfons ha escogido este medio centenar de obras, sencillamente por la huella íntima que le dejaron sus lecturas a lo largo de la vida; es más, esta arbitrariedad atañe también a su número, pues podía haberse limitado a treinta o a atreverse a llegar hasta setenta o cien; en cambio, Cervera nos ofrece cincuenta; tal vez porque le resulte la cifra adecuada para armar un tomo con el que amenizar a cualquier lector sin cometer exceso alguno.

«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra
La benemérita investigadora lucense Ana Naseiro Ramudo, Doctora en Patrimonio y Documentación Histórica, Cultural y Artística por la Facultad de La Coruña, y autora del excelente libro, intitulado: «A fábrica de tabacos da Coruña e a fábrica de mistos», descubrió tres nuevos documentales de capital importancia sobre las casas de Complutum en la calle Mayor en el corral de los de Cervantes.

La sobresaliente significación literaria de Rafael Alberti, requiere un compromiso serio, riguroso y verdadero de los poderes públicos para salvaguardar y promover su legado.

El disco “Este devenir” de Karmento y el libro “Feria” de Ana Iris Simón son dos ejemplos de la potencia creativa de la mujer manchega, durante tantos siglos silenciada y acallada. Dos creaciones sustanciales y poderosas.

Prefacio Kundera
Extrañamente, no había leído todavía una de las obras tempranas de Milan Kundera: “El libro de la risa y el olvido”. Acabo de hacerlo con gran placer, creo que es una de sus mejores novelas. Podemos describirla, con toda justicia, como “novela de ideas”; esa clase de ficciones entreveradas de ensayo, generalmente en torno a una idea-eje (dos, en este caso) que inundan con un potente chorro de luz el escenario social en el que se desarrollan. Aquí se trata, principalmente, de la Checoslovaquia comunista, y los personajes que vemos en escena no son únicamente iluminados por fuera, sino que también podemos escudriñarlos hasta los huesos gracias al poderoso y humorístico aparato de rayos X que emplea el autor.

En mayo se cumplirá una década. No obstante, aquellos sucesos se me antojan hoy mucho más remotos y apenas sí conservo de ellos una vaga imagen, como suele sucedernos con todas esas malogradas ilusiones que dejamos que las enmohezca el tamo del olvido. Por supuesto, esta premeditada desidia se debe a mi disgusto por el mostrenco proceder de ese partido político, que se apropió de todas las esperanzas surgidas durante aquellas luminosas jornadas y de sus reclamaciones —ecuánimes o disparatadas—, hasta reducirlas a un mero pretexto para medro de sus capitostes. Sin embargo, hace diez años, asistí —y supongo que también muchos de ustedes— a un suceso muy diferente: una inesperada y hermosa protesta, que alentada por grandes aspiraciones, acampó en mitad de la Puerta del Sol para perplejidad general, bajo una sencilla y cáustica consigna: “¡indignaos!”

Estos últimos años se han caracterizado por una adaptación tecnológica sin precedentes, ya que cualquier industria se ha visto obligada a abrazar Internet como principal herramienta para impulsar el crecimiento económico. De hecho, la literatura no ha sido ninguna excepción, dando pasos hacia un proceso de digitalización que se seguirá desarrollando a lo largo de esta década.

FIRMA INVITADA

Por Margarita Melgar, autora de "El verano de nunca acabar"

A la gente le extraña muchísimo que Margarita Melgar seamos dos (Ana Sanz-Magallón y Montse Ganges), y que escribamos novelas. También escribimos guiones, pero esto no sorprende tanto: como espectadores ya sabemos que las películas son cosa de muchos. Pero como lectores, seguimos esperando que el autor sea esa Sherezade que se sienta a nuestro lado para susurrarnos solo a nosotros una historia, así que una novela escrita a cuatro manos suscita más preguntas. Por lo menos dos: cómo y por qué.