En el transcurso de la cálida primavera el año 399 a. C., cuando fue condenado a muerte por la justicia de Atenas, Sócrates “no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo”. Las razones profundas de la condena se siguen discutiendo hasta el presente, las líneas que siguen –apenas un bosquejo de ideas- no alientan la descabellada pretensión de dirimirlas, pero acaso puedan aportar algunas referencias en torno a tan disputada materia.
Más allá de su rango como adelantada del I+D+I, cifrado en el mantra de acudir con pañales a sus conciertos, tres citas resumen el impacto suscitado por el nuevo oráculo global: esa chica de Wisconsin llamada Taylor Swift. “TS da su nombre a una calle, a una ciudad, y a un sándwich”. “Uno de cada cinco americanos seguiría la opinión de TS para elegir presidente”. “De su última gira se esperan beneficios superiores a los seis mil millones”. Un fenómeno socioeconómico, y un epifenómeno que, tal vez, tenga más que ver con la psiquiatría que con la política.
Autor de "República, exilio y poesía. La memoria rescatada de Gonzalo Martínez Sadoc". Sevilla, Renacimiento, 2024
Doy clases de literatura española en la Universidad de Cádiz y me dedico con preferencia a los estudios de literatura española contemporánea. He investigado la vida y he analizado la obra de algunos de los nombres considerados mayores y canónicos de nuestras letras. Y, a la par, me he detenido en las obras de algunos escritores menos conocidos; entre ellos, los nacidos en el lugar donde yo vine al mundo, Sanlúcar de Barrameda, en la provincia de Cádiz. Y lo hago porque me parece que es una forma de entender mis raíces, de saber el lugar que ocupo en una cadena, de conocer los empeños de otros que me precedieron. Para mí, cobra relieve el tener conciencia de qué me han dejado como herencia cívica y patrimonial los que vivieron en otro tiempo donde yo vivo ahora. Me gusta saber de dónde vengo.
En lo alto de esas pequeñas colinas, en un mar rojo de arena alrededor mío, donde el carmín se reflejaba en el cielo entero y la nostalgia azotaba en cada rincón. Sí, después de 4 años de batallas, fuego, decesos y penurias, ahí estaba yo, buscando comida en lo que alguna vez fue uno de los mejores lugares de todo el sur.
La situación de las mujeres en Irán es lamentabla. La comunidad internacional no hace nada por solucionarlo. Nos lo cuenta Gustavo Gac-Artigas en el artículo "Irán: cuando las mujeres no lloran".
PLAZA DE GUIPÚZCOA
Tomar la iniciativa está sobrevalorado. Lo que importa es la eficacia. O sea, rematar la jugada. Hay que precisar qué tipo de iniciativa y qué grado de eficacia. Pero no vamos a marear la perdiz.
Dudante es aquel que cuestiona las cosas. Que duda de lo que dicen otros y que, incluso, pone en tela de juicio sus propios juicios. Es decir que sus conclusiones las eleva a la calidad de duda en la trascendencia, al entender que aquello que hoy se ve como verdad puede que mañana no lo sea, una vez ampliado nuestro conocimiento en la materia sobre la que emitimos el juicio. Por tanto la verdad del ser humano radica en reconocer que las conclusiones de su pensamiento están mediatizadas por el propio conocimiento de la materia de que trata, sabiendo que mañana tendrá mayor conocimiento, si no lo evitan los dogmas que bloquean el pensamiento. Libérese, pues, del corsé dogmático y abra su mente que “es como un paracaídas, solo funciona cuando se abre”. En el pasado existen ejemplo de bloqueo del conocimiento por la propia religión y de las clases dominantes, en el presente lo existe por otros credos y culturas de la sumisión incluida la nuestra.
FIRMA INVITADA
Por Eva Losada Casanova
Cuando hablo de la intencionalidad de la escritura, mi memoria regresa una y otra vez, como niño hambriento, a uno de los grandes personajes del escritor madrileño Luis Landero. Recuerdo como, a lo largo de la lectura de El guitarrista, este personaje se pasea por los rincones de su vida exclamando a los cuatro vientos que está escribiendo una novela, lo hace con una mezcla de altanería y desasosiego. ¡La novela del eterno novelista! Aquella que no solo nunca se acaba sino que comienza cien veces, quizá mil. La edad temprana es ese campo de cultivo en el que la romántica idea de ser escritores va y viene como una cometa. Colorida y libre. Queda muy bien hacer volar nuestra cometa mientras compartimos unas tapas en un bar o bajo un hipnótico y peligroso cielo estrellado. El problema es que llega un momento en el que ese trozo de tela se hace pequeño en un cielo limpio y azul o bien cae en picado y descompuesto a nuestros pies.
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Con respecto a las manifestaciones maximalistas del Sr. Benítez, que ahora, como una amplia globalidad hispana se nos ha vuelto mahometano ferviente, deseo indicar sin acrimonia:
PLAZA DE GUIPÚZCOA
He visto cosas en Madrid que los donostiarras no creeríais. Cosas más prodigiosas que naves ardiendo cerca de Orión. O rayos cósmicos en la puerta de Tannhäuser.
La flor de cerezo, también llamada «sakura» en japonés, es una flor pequeña con delicados tonos rosados o blancos que se van esparciendo por las ramas de un árbol no muy alto. Estos árboles son originarios de Asia Oriental, y se han cultivado en Japón durante más de mil años. El «sakura» tiene un impacto significativo en la cultura contemporánea de Japón. Se dice, por ejemplo, que los samuráis adoptaron la flor de cerezo como símbolo de su filosofía de vida. Uno de los festivales más famosos de Tokyo, y que atrae a miles de turistas cada año, es el Festival de los Cerezos en Flor.
Según José Manuel Albares, la seguridad y la dignidad nacional están en peligro por las declaraciones del más alto dignatario argentino. El ministro de Asuntos Exteriores ha desencadenado -a instancias de su jefe Pedro Sánchez- una tormenta en una taza de mate, y el triángulo de las Bermudas de esta tragicomedia está integrado por el presidente de la República Argentina, Javier Milei, la esposa del presidente del Gobierno español, Begoña Gómez, y su ilustre marido, que ha aprovechado la coyuntura que le ha servido en bandeja su acérrimo enemigo, Santiago Abascal -experto en proporcionarle balones de oxígeno en momentos delicados- para tratar de mejorar la posición del PSOE con vistas a las elecciones europeas.
El imperialismo español en América, en Asia y en África: responsabilidad histórica individual y colectiva
Hace unos días, en mi cuenta de Instagram, subí un reel con Redemption Song, la enorme canción de Bob Marley & The Wailers, que fue el último corte del album Uprising, producido por Chris Blackwell para Island Records, en 1980, una autentica obra maestra del genio jamaicano; sus versos proceden, en parte, del discurso The Work That Has Been Done, de Marcus Garvey, un influyente líder panafricanista de origen jamaicano, que Marley citó expresamente en el Amandla Festival, en 1979.
Muerte de atlante se publicó el 29 de febrero y empezamos con la promoción a primeros de marzo. No he visitado muchas librerías desde entonces. Algunas sí, en Madrid, en Alicante, en Valencia... En una de ellas me sorprendió un poco la compañía. La del libro, quiero decir. Sus vecinos de anaquel eran obras de Eduardo Mendoza, Paul Auster, Fernando Savater. También había muchas novelas de autoras nuevas a las que todavía no he tenido el placer de leer.
Siguiendo rutas americanas por la España meridional pasamos de la Montilla del Inca Garcilaso a la Córdoba de los virreyes, esto es, del Siglo de Oro a la Ilustración hispánica. Y lo hicimos en la misma compañía, la mejor posible. Desde la Universidad de Málaga emprendimos una ruta indiana más. Tras Macharaviaya, Sevilla y Montilla, vino Priego. Profesor y alumnado disfrutaron de una gran jornada, pletórica de recuerdos y abundante en afectos. Mi agradecimiento a todos ellos y, muy especialmente, a nuestra cicerone. Estos fueron sus resultados cumplidos a continuación veamos sus aprendizajes en apretada síntesis.
FIRMA INVITADA
Por Margarita Melgar, autora de "El verano de nunca acabar"
A la gente le extraña muchísimo que Margarita Melgar seamos dos (Ana Sanz-Magallón y Montse Ganges), y que escribamos novelas. También escribimos guiones, pero esto no sorprende tanto: como espectadores ya sabemos que las películas son cosa de muchos. Pero como lectores, seguimos esperando que el autor sea esa Sherezade que se sienta a nuestro lado para susurrarnos solo a nosotros una historia, así que una novela escrita a cuatro manos suscita más preguntas. Por lo menos dos: cómo y por qué.
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