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Firma invitada

20/06/2021@18:07:10

Carlos Cano cantaba con ese arte andaluz “La Habana es Cádiz con más negritos, Cádiz es La Habana con más salero”. Quizás le faltó tiempo para dedicar una letra a la similitud entre Buenos Aires y Málaga.

Era el año de 1126 cuando en Córdoba nació uno de los pensadores y filósofos más importantes de la historia de Al-Ándalus y cuyo pensamiento tuvo una gran trascendencia en toda Europa. Ibn Rusd, Averroes, destacaría por sus teorías filosóficas y por sus aportaciones a otros campos de la ciencia como la Filosofía, la Medicina, el Derecho, o la Astronomía, dejándonos un legado que llega hasta nuestros días.

Considerada un auténtico icono del feminismo latinoamericano, dedicó una amplia parte de su obra y de su vida a defender los derechos de las mujeres mexicanas y de la población indígena. Profesora de universidad y embajadora de México en Israel, su muerte a los 49 años de edad sigue envuelta en el misterio y la sospecha. Algunos títulos destacados de su amplia producción: Balún Canán (1957), Ciudad Real (1960), Oficio de Tinieblas (1962) y Mujer que sabe latín (1973).

El presidente americano está de gira por Europa. Quiere liderar las democracias del mundo porque no se fía un pelo de China. Como de momento, y si Mohamed VI no lo impide, España está en Europa, se admiten apuestas sobre si Joe Biden se entrevistará con Pedro Sánchez.

Desde que comenzó la pandemia, nos hemos tenido que acostumbrar a nuevas formas de relacionarnos. Lo bueno es que nos hemos globalizado y se nos ha dado la oportunidad de relacionarnos con personas de todo el mundo. En mi caso, ha sido el escritor, poeta y articulista internacional nicaragüense Carlos Javier Jarquín, quién me ha dado ese empujoncito que me faltaba, ya que, en menos de un mes, me ha invitado a tres eventos literarios con distinguidos escritores y poetas de distintos países.

En su salón, famoso por las tertulias hasta altas horas de la noche, se reunían los principales intelectuales y artistas de la época. Domina una brillante oratoria y posee una importante y prolija producción epistolar: Cher Voltaire, Lettres inédites de Madame du Deffand à sa famille, D'Eros à Agape où les correspondances de Mme du Deffand avec Horace Walpole.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Llevo una semana en Barcelona. Necesitaba achicharrarme al sol. Siempre busco el sol, el vellocino de oro de los Argonautas. Vuelvo a Barcelona porque está en el Mediterráneo, como dice Serrat. Y porque me pilla más a mano que Ceuta o Melilla. Allí tampoco está el horno para bollos, pero no sé si prefiero el carajal marroquí o el pifostio catalán.

“El lenguaje es un leve puente de sonidos que el hombre echa por el aire para pasar de su orilla de individuo irreductible a la otra orilla del semejante, para transitar de su soledad a la compañía”, escribió el poeta y ensayista Pedro Salinas. Uno de los hombres que construyó más fraternales puentes de sonidos a un lado y otro del Atlántico fue el rapsoda José González Marín (1889-1956), declamando y encarnando la poesía de autores como Rubén Darío, Salvador Rueda, Antonio y Manuel Machado, Lorca, Alberti, Nicolás Guillén…

FIRMA INVITADA

Por Eva Losada Casanova

Cuando hablo de la intencionalidad de la escritura, mi memoria regresa una y otra vez, como niño hambriento, a uno de los grandes personajes del escritor madrileño Luis Landero. Recuerdo como, a lo largo de la lectura de El guitarrista, este personaje se pasea por los rincones de su vida exclamando a los cuatro vientos que está escribiendo una novela, lo hace con una mezcla de altanería y desasosiego. ¡La novela del eterno novelista! Aquella que no solo nunca se acaba sino que comienza cien veces, quizá mil. La edad temprana es ese campo de cultivo en el que la romántica idea de ser escritores va y viene como una cometa. Colorida y libre. Queda muy bien hacer volar nuestra cometa mientras compartimos unas tapas en un bar o bajo un hipnótico y peligroso cielo estrellado. El problema es que llega un momento en el que ese trozo de tela se hace pequeño en un cielo limpio y azul o bien cae en picado y descompuesto a nuestros pies.

Sin ánimo de ser determinista, pues es prudente aceptar que los hechos no siempre vienen condicionados por las circunstancias, merece la pena detenerse en el peculiar escenario, casi apocalíptico y preñado de alusiones a la actualidad, en el que se desarrolla mi novela REY DON PEDRO.

En mi infancia, y sin medir las consecuencias, las personas encargadas de mi crianza me amenazaban con un “o te portas bien, o viene el cuco”.

Aunque se haya cumplido un par de domingos desde que en el programa de la 2, de RTVE, “Imprescindibles”, emitieron el documental biográfico Descubriendo a José Padilla (2021), de Susana Guardiola y de mi amiga Marta Figueras, todavía me divierte la sospecha de que este personaje, contra la abrumadora cotidianidad de sus melodías, resultó un auténtico descubrimiento para la mayoría de quienes, con toda intención o por mera casualidad, se entretuvieron ante este benemérito film. Porque hoy, cuando se presume en cualquier bar, con esa bochornosa sentenciosidad que imprime el exceso del alcohol a las tantas de la madrugada, de conocer las intimidades más escabrosas de este o de aquel rockero o sobre cómo, dónde y por qué se grabó un celebérrimo long play, muy pocos —acaso solo los músicos de orquesta, o los de los conjuntos de baile o, por supuesto, los de las muy populares bandas de nuestro país— recuerdan quién fue José Padilla.

“Solo existe un sexo. Un hombre y una mujer son tan completamente lo mismo que apenas puede entenderse la cantidad de diferencias y razonamientos sutiles de los que en esta materia se nutren las sociedades” es una frase de la escritora George Sand (en realidad, Aurora Dupin) que Flaubert recibió en una larga misiva. Le encantaba cartearse con ella. Le parecía una mujer asombrosa, dueña de una existencia tan literaria e inédita, como llena de literatura.

José Ortega y Gasset era conocido con el sobrenombre de "El americano", estudió bachillerato en el malagueño colegio de San Estanislao de Kostka en la barriada de El Palo. Su discípula veleña María Zambrano también formó parte del nutrido grupo de españoles que dejaron huella con sus
andanzas por tierras americanas. Y solo cito un par de ejemplos de hijos de Málaga, pero vaya par de ejemplos.

No todas las novelas que contienen una historia de amor son novelas románticas.Un ejemplo: Drácula de Bram Stoker. ¿Hay una historia de amor? Sí, la del conde Drácula y Mina. Todas sus páginas están escritas con la idea de demostrar que el amor verdadero va más allá de la muerte, la trasciende. ¿Es una novela romántica? No.

GALERÍA DE ESCRITORAS SINGULARES

Pocos y controvertidos son los documentos que se conservan de la vida de la actriz y muchos se han reconstruido a partir de las comedias de santos, tan prolíficas en el siglo de Oro. Su vida cruzó los límites de la realidad y se hizo teatro, comedia musical y texto literario.

FIRMA INVITADA

Por Margarita Melgar, autora de "El verano de nunca acabar"

A la gente le extraña muchísimo que Margarita Melgar seamos dos (Ana Sanz-Magallón y Montse Ganges), y que escribamos novelas. También escribimos guiones, pero esto no sorprende tanto: como espectadores ya sabemos que las películas son cosa de muchos. Pero como lectores, seguimos esperando que el autor sea esa Sherezade que se sienta a nuestro lado para susurrarnos solo a nosotros una historia, así que una novela escrita a cuatro manos suscita más preguntas. Por lo menos dos: cómo y por qué.