Manolo Tena, “Patrón laico” de Lavapiés, como le define su hermano Germán (el oficial es San Lorenzo), al que las instancias oficiales, a su fallecimiento, le prometieron dar su nombre a una calle o plaza, su recuerdo ha quedado reducido a una placa situada en el centro de la UNED, Dr. Marañón, de la calle Argumosa, esquina a la plaza de Lavapiés, a una altura que pasa totalmente desapercibida para los muchos viandantes de la zona.
El joven empresario constructor y su primo, quien trabajaba con él, decidieron unirse al grupo de paisanos que harían aquel viaje de vacaciones. Los motivaba los comentarios que uno de ellos, un abogado y retratista, ‘el mago de los lápices’, como le decía el escritor suramericano, solía hacer de aquel destino. El retratista conocía aquella capital, algunos de sus lugares y alrededores interesantes, así como otros tantos puntos turísticos de ese país que siempre les llamó la atención y querían conocer.
La soledad, para muchos, es una pesada carga. En casos extremos la soledad, en personas adultas, puede ser un riesgo grave para la salud. En cambio para el escritor o el poeta es un estado esencial. En la soledad, los vocablos cobran vida y las historias encuentran su forma. Podríamos decir, entonces, que la soledad no es una mera necesidad logística, sino más bien es un reflejo de un proceso interno. Es precisamente en el silencio de la soledad, donde el literato enfrenta sus miedos, sus dudas y sus esperanzas. Es decir, se trata de un diálogo íntimo con uno mismo. Y, en consecuencia, se exploran los recovecos más profundos de la mente. Como resultado, la musa teje puentes de palabras entre lo conocido y lo desconocido, revelando misterios ocultos y sueños olvidados.
«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra
El excelente historiador don Sabino de Diego Romero, presidente de la Sociedad Cervantes de Esquivias, ex alcalde de Esquivias, y autor de los magníficos libros y artículos: Genealogía de Fray Francisco Ximénez de Santa Catalina, fraile de la Santísima Trinidad de Calzados, natural del Lugar de Esquivias, que fundó un hospital en Túnez (2014); Cervantes y Esquivias, lo que todos debemos saber (2018); y Catalina. Fuente de inspiración de Cervantes. Análisis biográfico sobre Catalina de Salazar y Palacios (2015), descubrió 277 nuevas perlas documentales sobre Francisco de Salazar Palacios Vozmediano, tercer hijo de Fernando Salazar Vozmediano y Catalina de Palacios.
PLAZA DE GUIPÚZCOA
Lo entiendo, lo comprendo. Con el sol, el calor y las endorfinas se nos va un poco la olla. Es verano, la gente fluye, se dispersa, se ilusiona. Hasta Letizia ha dado un paso más superando sus propias líneas rojas. Su vestido corte sirena Hugo Boss, plateado, insinuante, súper escotado tan ceñido que se marcaba todo (y todo es todo) ha provocado un escándalo internacional.
¡Cómo somos los anotadores del Quijote! Con aquello de se non è vero, è ben trovato, bajo cada piedra pretendemos haber descubierto lo que a otros les pasó por alto. Bien decía Francisco Rodríguez Marín un siglo atrás, en su edición profusamente anotada:
FIRMA INVITADA
Por Eva Losada Casanova
Cuando hablo de la intencionalidad de la escritura, mi memoria regresa una y otra vez, como niño hambriento, a uno de los grandes personajes del escritor madrileño Luis Landero. Recuerdo como, a lo largo de la lectura de El guitarrista, este personaje se pasea por los rincones de su vida exclamando a los cuatro vientos que está escribiendo una novela, lo hace con una mezcla de altanería y desasosiego. ¡La novela del eterno novelista! Aquella que no solo nunca se acaba sino que comienza cien veces, quizá mil. La edad temprana es ese campo de cultivo en el que la romántica idea de ser escritores va y viene como una cometa. Colorida y libre. Queda muy bien hacer volar nuestra cometa mientras compartimos unas tapas en un bar o bajo un hipnótico y peligroso cielo estrellado. El problema es que llega un momento en el que ese trozo de tela se hace pequeño en un cielo limpio y azul o bien cae en picado y descompuesto a nuestros pies.
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Si me preguntas cómo estoy pasando el verano, te diré genial o fatal, según en qué momento me pilles. Lo probable es que te mienta, exagere lo bueno y minimice lo chungo.
Hablamos de mirar y creemos -no pensamos, no sabemos- que estamos mirando.
“Cuando dos seres humanos o más se juntan por un objetivo en común, la grandeza, la descubren y alcanzan unidos”. Jessenia Romero
Es así como nace la idea de crear un libro que compilara la vida y obra de grandes escritoras hispanoamericanas e insertar escritos de jóvenes estudiantes de la carrera de Lengua y Literatura que contaran la historia de estas valientes mujeres.
La escritora Carmen Riera en uno de sus libros nos introduce en el mundo de los editores y los escritores poniendo como ejemplo a dos colosos como son Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez con la agente literaria Carmen Balcells.
Entre los años 1897 y 1898 Jack London viajó a Alaska, movido por la fiebre del oro. Otra fiebre mucho menos efímera y de mayor calado, mantuvo al español Segundo Llorente, en ese país de los eternos hielos llamado Alaska, durante cuarenta años.
Cuando el histrionismo y la inmadurez psicológica afloran en el discurso político, como forma de captación del electorado y como elemento argumental para convencer al incauto votante, que se deja llevar por las emociones cultivadas a través de la posverdad, que nos venden determinados políticos, todo está abocado al caos, la inseguridad y la confrontación. Solo es necesario darse una vuelta por esos mundos discursivos de la política para ir identificando la insolvencia de muchos políticos y políticas que, incapaces de dotar a sus discursos de una mínima solidez argumental, se cierran en banda y, en lugar de exponer razones, proyectos y propuestas que solucionen los problemas de nuestra sociedad, recuren a la descalificación del contrincante sin mostrar su cartas abiertamente.
FIRMA INVITADA
Por Margarita Melgar, autora de "El verano de nunca acabar"
A la gente le extraña muchísimo que Margarita Melgar seamos dos (Ana Sanz-Magallón y Montse Ganges), y que escribamos novelas. También escribimos guiones, pero esto no sorprende tanto: como espectadores ya sabemos que las películas son cosa de muchos. Pero como lectores, seguimos esperando que el autor sea esa Sherezade que se sienta a nuestro lado para susurrarnos solo a nosotros una historia, así que una novela escrita a cuatro manos suscita más preguntas. Por lo menos dos: cómo y por qué.
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