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Firma invitada

«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra
05/07/2022@16:00:00

El benemérito historiador Manuel Mora Ruiz, doctor por la Universidad de Huelva, alcalde de Lucena del Puerto, y autor de los excelentes libros, a título de ejemplo: Lucena del Puerto. Historia patrimonio y tradiciones (Editorial Niebla, 2019); El emporio del carbón de Doñana (Siglos XVI-XVII) (Editorial Niebla, 2019); Familia y población en el condado de Niebla (1520-1860), (Diputación Provincial de Huelva, Servicio de Publicaciones, 2008), y en colaboración con Cinta Flórez Pérez, «Iniciativas de desarrollo local en la provincia de Huelva», Historia y territorio de la provincia en el siglo XX, n.º 5, 1994, 43-70), descubrió un nuevo documento, en las escrituras de Bonares del Archivo de Protocolos de Moguel, sobre la estancia del «Rey de la literatura española», totalmente dejado de lado en las biografías documentadas y noveladas del autor de El Quijote.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Ya está todo el pescao vendido. Biden ha pelado la pava con Sánchez, vienen otros dos destructores yanquis a Rota, tenemos nuevos amiguis en el club y nos hemos dado un baño de cosmopolitismo que no tiene precio.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

De todos los privilegios que envidio de Letizia (y son muchos) me priva que vaya a los actos oficiales sin bolso. Ni un clutch de Hermès, ni un handbag de Vuitton. Manos libres. Sabe que cualquier cosa que necesite, alguien se la traerá. Un klennex, un espejito mágico, un paracetamol o un támpax 5G. Y esto no solo le ocurre a Letizia.

Era lo habitual, una misión rutinaria dentro la estrategia ‘Seek and Destroy’ -buscar y destruir- diseñada por el Pentágono para masacrar a la población survietnamita. Aquel 5 de junio de 1972 los niños que jugaban en la aldea de Trang Bang elevaron sus ojos al cielo y, al instante, cayó sobre ellos un diluvio de napalm. Sólo cinco sobrevivieron. Entre ellos, una niña de nueve años, Kim Phuc. La fotografía en que seguimos viéndola correr desnuda y quemada viva, llorando y aullando de dolor, cumple cincuenta años. No así la amnesia colectiva en todo lo que afecta a los crímenes de guerra perpetrados por la gran democracia norteamericana. Justo esa que hoy se erige en autoridad moral, sin que ningún Tribunal Penal Internacional llame a las puertas de su conciencia.

GALERÍA DE ESCRITORAS SINGULARES

María Cayetana de la Cerda y Vera fue una mujer culta y famosa, reconocida traductora en su momento enciclopédico y en la posteridad. Noble interesada por expresar contenidos literarios en defensa de los derechos de las mujeres durante el siglo XVIII.

Soy catalán por haber nacido en la Ciudad de Barcelona, donde me formé como Doctor Ingeniero Industrial y trabajé en la fábrica de Productos Pirelli, S.A. de Vilanova i la Geltrú, trasladándome a Madrid cuando tenía 34 años para concurrir y ganar las oposiciones al Cuerpo Superior de Ingenieros Industriales al servicio del Ministerio de Industria. Las tres cuartas partes de mis apellidos son catalanes, remontándose todos ellos al siglo XIII – de lo cual no puede envanecerse el separatista catalán Romeva, nacido en el distrito madrileño de Chamberí-.

«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra

Los beneméritos historiadores Pelayo Castillo Palacios y Antonio Bonilla descubrieron un nuevo documento inédito sobre la llegada de Cervantes a Niebla, ignorada en las biografías documentadas y noveladas del autor de El cerco de Numancia. Dicha perla documental pone en evidencia que el 27 de julio de 1593 en Niebla «se juntaron en el cabildo Juan Lucero y Rodrigo Álvarez, alcaldes ordinarios, Juan Prieto de Vayas, Andrés de Gallegos, Francisco de Avendaño y el licenciado Ramírez, regidores, y Juan Rodríguez Mocho, procurador, en presencia de Miguel de Cervantes, comisario por Miguel de Oviedo, proveedor y contador por su Majestad, para «conducir todo el trigo que pudiere hallar entre los vecinos de ella para el proveimiento de las galeras de España… y se tomó asiento con Miguel de Cervantes, comisario, que se le dé y sirva de esta villa a su Majestad con noventa fanegas de trigo» (Pelayo de Castillo Palacios, Miguel de Cervantes…, 1).

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Yolanda Pantin es una poeta convencida de la capacidad lírica de la mujer en una sociedad cultural marcada por hombres. Fotógrafa, ensayista y editora, infatigable su deseo de escribir para expresar nuevos mundos con un estilo muy personal.

FIRMA INVITADA

Por Eva Losada Casanova

Cuando hablo de la intencionalidad de la escritura, mi memoria regresa una y otra vez, como niño hambriento, a uno de los grandes personajes del escritor madrileño Luis Landero. Recuerdo como, a lo largo de la lectura de El guitarrista, este personaje se pasea por los rincones de su vida exclamando a los cuatro vientos que está escribiendo una novela, lo hace con una mezcla de altanería y desasosiego. ¡La novela del eterno novelista! Aquella que no solo nunca se acaba sino que comienza cien veces, quizá mil. La edad temprana es ese campo de cultivo en el que la romántica idea de ser escritores va y viene como una cometa. Colorida y libre. Queda muy bien hacer volar nuestra cometa mientras compartimos unas tapas en un bar o bajo un hipnótico y peligroso cielo estrellado. El problema es que llega un momento en el que ese trozo de tela se hace pequeño en un cielo limpio y azul o bien cae en picado y descompuesto a nuestros pies.

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Sus versos se han comparado con la obra de Santa Teresa de Jesús por el arrebato tan personal y sublime. Delmira Agustini Murtfeldt fue de carácter contradictorio, marcado por la figura materna, destaca su feminismo real y atrevido.

Sobre estas fechas, hace cien años, publicó la editorial neoyorquina Harcourt and Brace, en su sucursal de Londres, el Tractatus Logico-Philosophicus, de Ludwig Wittgenstein; uno de los títulos cruciales del s. XX. Era la traducción inglesa de Logisch-philosophische Abhandlung, aparecido durante enero del año anterior en la revista Annalen der Naturphilosophie, editada en Leipzig, por el premio nobel de Química Wilhelm Ostwald. La impresión alemana ya traía el célebre prólogo de Bertrand Russell —que matizaría y fecharía en esta inglesa—, liminar imprescindible para la divulgación y, sobre todo, para la ponderación de este singularísimo texto entre la comunidad académica del momento.

Hace unos años hablamos con el profesor y estudioso Carlos Taibo, profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid en un momento que no había internet y cuando no existían tantos medios digitales. Taibo explicaba ya en sus charlas o en sus libros lo que era esa Rusia que ahora está de actualidad y de unas reuniones efectuadas en ocasiones por distintos gobiernos reunidos todos a lo largo de la Historia.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

“Alea jacta est”, dijo Julio César al cruzar el Rubicón. La suerte está echada. No es un buen día para el análisis. Ahora mismo solo sé que no sé nada, pero en peores garitas electorales he hecho guardia.

Desde los micrófonos de ‘El Faro’ Mara Torres me preguntaba lo que tantas veces me han preguntado este año: “¿Sigue habiendo dragones?” Cerca estuve de responderle con otra pregunta: “¿Alguien lo duda?” Todavía tenía en la memoria la final de Roland Garros, esa en la que Rafael Nadal se reveló como un ser mitológico y, sin embargo, monstruosamente humano.

El pasado lunes 13 de junio, pronuncié una conferencia en la Sociedad Económica de Málaga, espacio de referencia cultural y de pensamiento crítico de la ciudad, con el mismo título de este artículo.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Si anda como un pato, se comporta como un pato y dice cua cua, es un pato. Decía Oscar Wilde “las cosas son siempre lo que parecen”. Y lo que parece es que Argelia nos la va a jurar de por vida y esperará el momento oportuno para vengarse.

FIRMA INVITADA

Por Margarita Melgar, autora de "El verano de nunca acabar"

A la gente le extraña muchísimo que Margarita Melgar seamos dos (Ana Sanz-Magallón y Montse Ganges), y que escribamos novelas. También escribimos guiones, pero esto no sorprende tanto: como espectadores ya sabemos que las películas son cosa de muchos. Pero como lectores, seguimos esperando que el autor sea esa Sherezade que se sienta a nuestro lado para susurrarnos solo a nosotros una historia, así que una novela escrita a cuatro manos suscita más preguntas. Por lo menos dos: cómo y por qué.