11/12/2022@11:11:00
Los museos están en boga y son cada vez más originales e interactivos. Aparte de los clásicos museos monumentales dedicados a las artes (pintura, escultura, grabados, esmaltes, tapices, muebles, moda), las exposiciones temporales de cómics o de artes de vanguardia (3-D, realidad aumentada, etcétera), hay ahora en Europa un museo único, que une elementos de todos ellos y ofrece toda una experiencia interactiva, en la que, durante más de 90 minutos, el espectador pasivo se convierte en protagonista activo y "vive” en directo la mayor catástrofe natural de Europa: el Gran Terremoto de Lisboa del día de Todos los Santos de 1755. Enlace al sitio web del Museo: https://lisbonquake.com/
Una de las perversiones añadidas a la de escribir una novela histórica pasa por el caudal de informaciones desconcertantes a las que puedes acceder. Me sucedió en "El secreto del rey alquimista". Más que la corte del alucinado Rodolfo II, el verdadero protagonista era el llamado ‘Manuscrito Voynich’. Un texto no datado, escrito en un código que ni siquiera los laboratorios de alta computación de la NASA han conseguido descifrar. No era el único, en aquel tiempo todas las cortes europeas recurrían a códigos secretos para encriptar sus comunicaciones. A esa luz, ¿puede calificarse como la gran noticia del año que un equipo de investigadores franceses haya logrado descifrar el “código diabólico” de Carlos V, en base a una carta remitida por el emperador a su embajador en París, Jean de Saint-Mauris?
PLAZA DE GUIPUZCOA
Mi madre, que era compasiva y naif (un beso amá) le confesó un día a su director espiritual que, ella a veces, sentía odio por algunas personas y esto le hacía sufrir. El cura, un tipo práctico y perspicaz, le alivió con una respuesta que en mi familia es un mantra: “No, Beatriz, no sufra, usted no siente odio, siente asco y el asco no es pecado”. Genial el cura. De un plumazo se cepilla el delito de odio.
GALERÍA DE ESCRITORAS SINGULARRES
Su prolífica obra refleja las preocupaciones más hondamente humanas y sinceras a través de experiencias reales. Luisa Carnés fue periodista por convencimiento y pasión, sus artículos constituyen auténticas crónicas de la España de principios de siglo.
Espoleado por el reciente alboroto armado por la aplicación de esa ley que unos amigos míos llaman sarcásticamente “La del hombre de los caramelos”, porque exonera de culpa a tan sórdida práctica siempre que el o la menor consienta —en román paladino: que despenaliza la pederastia—, me sumergí en Internet para indagar si este chafarrinón forense era otra manifestación del esperpento nacional o solo era el síntoma de una más profunda alteración de nuestra civilización, cuando me tropecé con la intellectual dark web o “red oscura intelectual”.
GALERÍA DE ESCRITORAS SINGULARES
Culta y políglota, conservadora frente a los liberales, su obra literaria tuvo problemas con la censura. Frasquita Larrea defendía la cultura europea adaptada a nuestro país a través de memorias personales y ensayos filosóficos.
Hace cien años, entre las 5 y 6:30 de la tarde, murió Marcel Proust, buscando el tiempo perdido, buscando esa extraña tribu de jóvenes que reían, bailaban, avanzaban por el camino cerca de la casa de su abuela, danzando con una felicidad que Proust no alcanzaría.
«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra
El benemérito abogado Juan Carlos Álvarez Millán, destacado ponente por su Colegio Profesional en los Congresos Nacionales de la Abogacía, descubre una nueva joya documental sobre el licenciado Juan de Cervantes, abogado del Real Fisco del Tribunal de la Santa Inquisición de Córdoba, y su esposa Leonor de Torreblanca, en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla de Fondos Notariales.
FIRMA INVITADA
Por Eva Losada Casanova
Cuando hablo de la intencionalidad de la escritura, mi memoria regresa una y otra vez, como niño hambriento, a uno de los grandes personajes del escritor madrileño Luis Landero. Recuerdo como, a lo largo de la lectura de El guitarrista, este personaje se pasea por los rincones de su vida exclamando a los cuatro vientos que está escribiendo una novela, lo hace con una mezcla de altanería y desasosiego. ¡La novela del eterno novelista! Aquella que no solo nunca se acaba sino que comienza cien veces, quizá mil. La edad temprana es ese campo de cultivo en el que la romántica idea de ser escritores va y viene como una cometa. Colorida y libre. Queda muy bien hacer volar nuestra cometa mientras compartimos unas tapas en un bar o bajo un hipnótico y peligroso cielo estrellado. El problema es que llega un momento en el que ese trozo de tela se hace pequeño en un cielo limpio y azul o bien cae en picado y descompuesto a nuestros pies.
|
«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra
Dedicado al Regimiento de Infantería, «Tercio Viejo de Sicilia, N.º 67», y a todos nuestros héroes que dieron su vida por la defensa de «nuestra dulce España, patria querida» y por la de sus invencibles banderas, las que deberían ondear en todo el mundo.
Por primera vez desde el óbito del «Rey de la Literatura Española», o sea 406 más tarde, tengo un gran honor dedicar un breve estudio a las invencibles banderas del glorioso Manco, quien las amó con todo corazón y con toda alma y las defendió con la más alta dignidad, nobleza y valor porque «más bien parece el soldado muerto en la batalla que vivo y salvo en la huida» (El Quijote, II-XXIIII).
Aquí vienen como anillo al dedo las palabras del General de División (R), Rafael Dávila Álvarez:
«nada hay como el soldado español
y a mi única aspiración siempre ha sido estar a su altura»
(https://generaldavila.com/).
Amidst a rainy night I was reperusing some Encyclopedia Britannica’s articles, and since by hook or by crook, as the folkloric phrase runs, I always meet German mythologies and Greek stanzas of yore, I found a text written by Kathleen Kuiper (1) versed in the symbol styled “Rumpelstiltskin”, whose gast spends the tides of its life in the drudging work of turning straw into gold. I thought, then, our mind is like an alchemist who by the hair unites extremes without grokking how or why those brinks could be together.
PLAZA DE GUIPUZCOA
Dicen que cuantas más veces cambies de casa, mejor sabrás gestionar tus problemas. Depende, tío. Es una gilipollez que acabo de leer y no sé quién la dice. Podría ser un borderline o un iluminado.
Se diría que la poética visionaria de Oteiza ha resultado profética. Tantas veces me repitió aquello de que el euskera nace de la mano -euskara eskutik jaio da- y de pronto, aparece la Mano de Irulegi. Sobre una placa de bronce del siglo I a.C., cinco palabras. Grafía derivada del signario ibérico, pero sólo una palabra reconocida, la primera voz vascónica de la que tenemos constancia escrita: Sorioneko -buena fortuna-.
PLAZA DE GUIPUZCOA
Si eres una masoca obsesiva como yo, tienes mil maneras de amargarte la vida. Hace unos días en la estación de Sants de Barcelona, entro distraída y a mi bola a comprarme un detox de espinaca y jengibre mientras hojeo las portadas del cuore y los últimos best sellers. Y de repente, ostras, tío, me la encuentro otra vez. Marie Kondo esa japonesita pija que hace ¡doce años! en cuatro tardes ociosas escribió un manual para ordenar armarios, enrollar calcetines, doblar tangas y colocar jerséis.
Our scooping finite mind, which is jostling athwart the fleeting and hitherandthitering reality from morning to night, is prone to sublime chimeras, to helter-skelter expressions without some tail tressed by adjectives or some head made of nouns, and to descry odds from the top of its wavering teleology. We can regard this hodgepodge of mental movements, with Kant, as the main crux of the “human intellect” in an “unphilosophical state” (1). The bleak lack of philosophy leads us to give an apparent rhapsodical accommodation to the sundry deeds of the world, and such an arrayment stands for a “Weltanschauung”, which is conveyed through religious words (2), which as spells hie us to believe in divinities. This apparent rhapsodical accommodation might be called “common sense”.
En esta ocasión Azucena del Valle se pone muy histórica para escribir "El jefe y la pernada", en su opinión todavía se dan muchos comportamientos medievales en las relaciones de hoy en día, y no la falta razón. Me pondré mi armadura por si acaso.
FIRMA INVITADA
Por Margarita Melgar, autora de "El verano de nunca acabar"
A la gente le extraña muchísimo que Margarita Melgar seamos dos (Ana Sanz-Magallón y Montse Ganges), y que escribamos novelas. También escribimos guiones, pero esto no sorprende tanto: como espectadores ya sabemos que las películas son cosa de muchos. Pero como lectores, seguimos esperando que el autor sea esa Sherezade que se sienta a nuestro lado para susurrarnos solo a nosotros una historia, así que una novela escrita a cuatro manos suscita más preguntas. Por lo menos dos: cómo y por qué.
|
|
|