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Firma invitada

PLAZA DE GUIPÚZCOA

07/03/2023@05:45:00
Menos mal que me he dado cuenta a tiempo. Estoy entrando en bucle. Llevo tres columnas hablando del universo Preysler. Pero está vez está justificado. Lo último de Isabel es un bombazo. Se ha pillado un entrenador personal para ponerse a punto. Puedes pensar bien o mal. Bien, que tiene nuevo novio. Mal, que acaba de cumplir 72 castañas y le está viendo las orejas al lobo.

Aunque la guerra de Ucrania pueda convertirse en cualquier momento en la más irreparable catástrofe sufrida por el género humano, observo con estupor la pasividad occidental para promover un provisional armisticio que, al menos, disipe el peligro y procure algún endeble sosiego entre los contendientes; es más, allá donde mire, tanto da que sea una venerable cabecera periodística o un respetable gobierno democrático, encuentro solo un velado empeño por alentar los combates, o lo que es lo mismo: por ver caído y descuartizado al gran oso ruso, olvidando que el ogro, al verse acorralado y al borde de la derrota, puede tener la tentación de pulsar el botón rojo; ¿o acaso alguno de nosotros ignora el viejo y grosero refrán de «para lo que me queda en el convento…?»

PLAZA DE GUIPUZCOA

Hemos tratado con demasiada benevolencia “la pichula” de Vargas Llosa. Dirás que soy muy drástica, pero te aseguro que, solo por llamar “pichula” a su pene, yo le hubiera quitado el Nobel.

Yo no soy lingüista. Solo sé algo de Filosofía, algo de Derecho Penal y Penitenciario y algo de Criminología. De lo demás, ni puta idea. He pasado, de manera demostrable, no tirándome el farol, cuarenta años en la cárcel y eso me da cierta autoridad para hablar de algunas cosas. El lenguaje – más como elemento de unión y de comunicación que de aislamiento- es esencial. Distingue al ser humano de otros animales que tienen algunas capacidades muy superiores a nosotros: la vista, el olfato, la sensibilidad, la velocidad, la resistencia, la capacidad de sobrevivir…

Hace un par de sábados se cumplió un siglo y medio del advenimiento de la I República española, de quien ya dijo Castelar, en su discurso de proclamación, que nadie la traía, sino “todas las circunstancias”; y estas, encrespadas y fragorosas, se la llevaron por delante cuando no había cumplido todavía un año, para dejar a la nación bajo aquella dictadura de socorro de Paquito Serrano, el General Bonito, que al borde de los sesenta y cuatro años se hizo cargo del país y se metió a sofocar lo más urgente y cruento: la tercera carlistada. De modo que cuando Martínez Campos se pronunció en Sagunto, el 29 de diciembre de 1874, y repuso en el trono a la casa de Borbón; Serrano, enfrascado en la campaña de las vascongadas, casi lo saludó con alivio. Aquella España sin rey apenas había durado dos años.

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Me cargan mucho los héroes y los genios. Dirás que por envidia. Sí, pero no solo por eso. Creo que están todos sobrevalorados. Sí, todos. Tampoco te vas a poner a singularizar, Gandhi, sí, Vargas Llosa, no. Confucio, sí, Picasso, no. Es el tiempo del globalismo y la universalidad. Generalizando, que es gerundio: vamos a diseccionar la “genialidad” de Steven Spielberg.

GALERÍA DE ESCRITORAS SINGULARRES

Mujer políglota y polígrafa, refinada, sociable e hipersensible, una tragedia familiar la llevará a vestir toda su vida de negro. Su estrecha amistad con la Nobel Selma Lagerlöf impidió ser reconocida como una gran escritora de estilo y contenido muy personales.

Con el perfeccionamiento de los deepfakes —válganos como ejemplo, el popular anuncio de las cervezas Cruzcampo con una reproducción digital de Lola Flores, de quien, dicho sea de paso, este año se cumple su centenario— y la aplicación de estas figuras artificiales pero ya con una notable autonomía para desempeñar con solvencia un buen repertorio de tareas y servicios, más la inminente implantación del Metaverso como un mundo paralelo donde realizar una multitud de actividades —especialmente financieras—, no es disparatado suponer que muy pronto nos resultará indiscernible la realidad de lo virtual. Naturalmente; ante un acontecimiento tan capital, se suscitan algunas preguntas ineludibles: ¿qué papel jugará el hombre en esa realidad transida de simulaciones? ¿Cuál será su concepción del mundo?

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Por Margarita Melgar, autora de "El verano de nunca acabar"

A la gente le extraña muchísimo que Margarita Melgar seamos dos (Ana Sanz-Magallón y Montse Ganges), y que escribamos novelas. También escribimos guiones, pero esto no sorprende tanto: como espectadores ya sabemos que las películas son cosa de muchos. Pero como lectores, seguimos esperando que el autor sea esa Sherezade que se sienta a nuestro lado para susurrarnos solo a nosotros una historia, así que una novela escrita a cuatro manos suscita más preguntas. Por lo menos dos: cómo y por qué.

Sólo Velázquez se había atrevido a pintar así a un papa. Su Inocencio X, aun bajo la púrpura, se sabe desnudo ante la mirada implacable del pintor, transpira su desasosiego. Sólo Courbet se había atrevido a pintar un sexo femenino en primer plano, en El Origen del mundo. La cruda animalidad del cuerpo desde el más depurado academicismo. Pero fue Francis Bacon quien sentó en el diván al nieto del padre del psicoanálisis, para convertir su taller en el gabinete de torturas del artista y sus modelos.

En el año 1966, el Centro de Estudios Alcazareños, con la dirección de Manuel Rubio Herguido, editó en su cuaderno de temas alcazareños Noria varios artículos del cervantista alcazareño Francisco Saludador Merino, con esta intención:

Es mi propósito exponer algunos datos históricos que la diuturnidad del tiempo borra de la memoria de los hombres y hace aparecer a las personas y las cosas distintas a como en realidad fueron. Hecho ineluctable y que sólo desciframos cuando, ahondando en la materia, vemos que la mayor parte fueron desvanecidos adrede.

GALERÍA DE ESCRITORAS SINGULARES

En la actualidad, la figura de Marlen Hausfer está siendo revisada por la crítica especializada dada la influencia que ejerció en otras mujeres. Encontró su sitio profesional después de muchos años de escritura intentando hacerse un hueco en el panorama literario masculino.

Hace escasas semanas fue clausurada la exposición ‘Barrio Obrero América: las primeras viviendas públicas en Málaga [1907-1937]’ que habitó las salas expositivas de la Sociedad Económica de Málaga. De entre las curiosas interpretaciones y lecturas que a diario confluyeron en este espacio abierto a la cultura, adquirieron especial protagonismo aquellas que detuvieron su mirada para conocer la experiencia institucional como promotora de la Sección Iberoamericana (1917-1936). Esta histórica sección guardó el objetivo de construir sólidas redes culturales entre Málaga y América, tomando como punto de partida la memoria encarnada en las fuerzas reunidas por aquellas lejanas tierras, en la hazaña americana de hacer acopio de una extraordinaria fortaleza solidaria para socorrer a las víctimas de la catástrofe humanitaria protagonizada por el Guadalmedina y sus márgenes en la madrugada del 24 de septiembre de 1907, la noche de la riá. Por tanto, si hubiéramos de dar una primera definición de la Sección Iberoamericana de la Sociedad Económica de Málaga es la de basamento fértil para la conservación y la transmisión de la memoria de las redes tejidas entre las dos orillas, la americana y la malagueña.

Una imagen, la de Juliette Binoche, que recibirá el Goya Internacional en la gala del próximo sábado. ¿Qué carta del tarot podría representarla? Me lo pregunto mientras celebro el centenario de Italo Calvino releyendo uno de sus libros, tan profético como los que integran su trilogía sobre ‘Nuestros Antepasados’.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Está el cotarro tan volátil que no te puedes despistar. En un momento la “info” que manejas se va a tomar por saco. He pasado cinco días en Madrid, eso sí, desconectada y a mi bola y me lo he encontrado todo hecho unos zorros. Llegas a la estación de San Sebastián y crees que estás en Kiev.

FIRMA INVITADA

Por Eva Losada Casanova

Cuando hablo de la intencionalidad de la escritura, mi memoria regresa una y otra vez, como niño hambriento, a uno de los grandes personajes del escritor madrileño Luis Landero. Recuerdo como, a lo largo de la lectura de El guitarrista, este personaje se pasea por los rincones de su vida exclamando a los cuatro vientos que está escribiendo una novela, lo hace con una mezcla de altanería y desasosiego. ¡La novela del eterno novelista! Aquella que no solo nunca se acaba sino que comienza cien veces, quizá mil. La edad temprana es ese campo de cultivo en el que la romántica idea de ser escritores va y viene como una cometa. Colorida y libre. Queda muy bien hacer volar nuestra cometa mientras compartimos unas tapas en un bar o bajo un hipnótico y peligroso cielo estrellado. El problema es que llega un momento en el que ese trozo de tela se hace pequeño en un cielo limpio y azul o bien cae en picado y descompuesto a nuestros pies.