Dos docenas de celebraciones reviven hechos destacados y hacen retroceder el reloj del tiempo
Tras más de tres años en que un maldito virus anuló o paralizó las celebraciones festivas multitudinarias, el verano de 2023 está viendo de nuevo cómo cientos de miles de personas ponen su talento y su voluntad en recordar hechos históricos que marcaron épocas distintas en diferentes rincones de España. Así, cartagineses contra romanos; cántabros, astures, iberos, también contra los romanos; medievales de la vieja España, comendadores, imperiales y comuneros, gallegos contra Napoleón... y muchos otros han vuelto a tomar las armas (ficticias, claro), los uniformes, los escudos y gallardetes y a desfilar por las calles de pueblos y ciudades rememorando los viejos, en algún caso viejísimos, tiempos en que esos lugares fueron protagonistas de la Historia.
Su historia está llena de batallas por ganar y ésta, la del virus, también la ganarán
Cartagineses contra romanos; cántabros, astures, iberos, también contra los romanos; medievales de la vieja España, comendadores, imperiales y comuneros, gallegos contra Napoleón... y muchos otros han debido dejar las armas (ficticias, claro), los uniformes, los escudos y gallardetes por culpa de otra guerra (ésta muy real) que les declaró, como al resto de la Humanidad, un odioso virus al que nadie había provocado. También personajes como el Cid, los Reyes Católicos, Alfonso I el Batallador, Jaime el Conquistador, Alfonso IX, la Princesa de Éboli, Teresa de Jesús... y hasta los amantes de Teruel han debido olvidar la recreación de sus biografías durante el más de un año que dura la pandemia.
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Ahora que estamos en medio de una campaña política, ustedes pensarán que los que se prostituyen son los políticos cuando dejan a un lado sus ideales. Y tienen razón, pero en esta ocasión Azucena del Valle en su artículo "Bragas sin frontera" nos habla, muy a las claras, de la prostitución y la trata de mujeres. Vani y Puri nos ilustran de cómo se sigue haciendo esto después de tantos siglos. Se nos tenía que caer la cara de verguenza, pero como los políticos la tienen de cemento, todo seguirá igual sin quererse solucionar. Cien por cien, Azu.
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