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EL ESCRITOR SECRETO – José Bianco
28/03/2024@06:36:00

A lo largo de los cinco primeros capítulos de La pérdida del reino (Siglo XXI Argentina Editores, 1ra. edición, 1972, 370 páginas; todas las citas remiten a esta edición), que con toda pertinencia se podrían calificar de prólogo, se presenta a los personajes y el motivo argumental dominante: Rufino Velázquez le solicita al narrador, quien cumple funciones de asesoramiento en la editorial Galaxia, que a partir de sus propios recuerdos personales y algunos manuscritos bosquejados escriba una novela; una novela escrita por el narrador que será, sin embargo, la novela de Rufino Velázquez; vale decir, un narrador, en principio, que oficiaría de ghost writer, un escritor fantasma cuyas marcas se pueden adivinar en la escritura, pero cuya materia narrativa le es ajena.

¿Qué es esa figura a la que se suele denominar, con exceso o defecto de pertinencia, escritor secreto, en qué consisten los rasgos que lo configuran y lo velan, la circundante vocinglería que lo sofoca al tiempo que lo confina a un plano subsidiario, discreto, recóndito? Es una recurrencia interrogativa que consiente una variedad de respuestas: un escritor secreto puede ser aquel que elige hurtarse al ingente ditirambo de la autopromoción; quien privilegia sus propios requerimientos por sobre las demandas de un grupo editorial; alguien cuyas obras, aun de excelente factura, quedan relegadas del relumbrón de sucesivas reediciones, del módico placebo de un premio literario o de la provisoria eternidad de una recensión en los suplementos culturales al uso; definiciones todas ellas que no agotan una enumeración que podría ser tan profusa como fastidiosa.

En el invierno de 1943, la organización "La Rosa Blanca" lanzó octavillas en Alemania instando a los ciudadanos a rebelarse contra su gobierno. Recientemente han surgido testimonios y documentos inéditos que revelan el mundo secreto al que pertenecieron estos jóvenes miembros. Guillermo García Domingo nos lo cuenta en "Enemigos del Hitler. Juventud y resistencia en la Alemania nazi".

“Le hemos declarado la guerra a la naturaleza”

Planeta Invernadero”, de Rafael Navarro de Castro, es una novela coral en la que el autor habla del planeta Tierra a través de los ojos de Sara, una mujer de 40 que trabaja durante el año 2019 en un invernadero de la región de Poniente. “Un invernadero contiene un mundo entero, es como un planeta que está contaminado por la acción irresponsable del hombre”, afirma el autor de Lorca que acaba de publicad su novela en el sello Alianza Voces.

Un encuentro que no se dio. Una vuelta al pasado para una súplica, para un perdón, para esclarecer las cosas.

Al comenzar la lectura de una novela histórica, buscamos, entre otras cosas, viajar al lugar que el autor nos propone mientras disfrutamos del camino; con la nueva novela de la escritora alicantina Begoña Valero, Un testigo llamado Cervantes, (Sargantana, 2024), el lector, además de viajar a través del tiempo, consigue entrar de lleno en la increíble historia que aguarda entre sus páginas. Una historia, basada en hechos reales, hasta ahora desconocida en el mundo de la literatura. En ella nos cuenta que en el año 1580 desaparece en Valencia el pescador Jeroni Planelles; las autoridades, en posesión de una serie de pruebas incriminatorias, detienen al mercader mallorquín Pere Cluquell y a tres hombres más. El honrado Pere de Pax, también mallorquín y amigo de Cluquell, convencido de su inocencia, intentará por todos los medios salvarlos.

En 1959, se descubre un manuscrito del siglo I cerca de Qumrán que podría tener un gran impacto en la cristiandad. Existe una conspiración para evitar su divulgación, mientras que unos sicarios buscan el pergamino en España. El inspector Yacob Salandpet debe detenerlos durante la final de la Copa del Mundo de Fútbol. La novela narra dos historias paralelas sobre el monopolio del equipo que estudió los manuscritos y las coincidencias con los evangelios canónicos. Luis Miguel Sánchez Tostado ha creado un thriller histórico lleno de conspiraciones y asesinatos.

La reunión en Toledo de cargos directivos de los Intitutos Cervantes, convocados por la dirección del Instituto Cervantes en Madrid, para escuchar y coordinar las líneas de acción de los institutos de todo el mundo, adaptarse a los cambios tecnológicos así como informar de la apertura de nuevos institutos, me ha traído a la memoria cuando los directores de los institutos y centros cultural de España en el Exterior, que existían y fueron adscritos al Instituto Cervantes cuando se creó en 1991 , se reunían por propia iniciativa, si se desplazaban a Madrid pasa pasar las vacaciones de Navidad, para conocerse personalmente y hablar de sus derechos sociales y laborales. Si no se sabe, resultará difícil saber que existían, ya que no existe mucha información en internet sobre sus actividades antes de su adscrición al Instituto Cervantes.

El otro día, mientras trataba cierta complicación en el tratamiento más adecuado para uno de los personajes que protagonizan la novela en la que estoy ahora metido, me asaltó una pregunta que aparentemente no tenía nada que ver con el asunto, ni con la literatura, acaso, si nos ponemos estupendos… ¿Qué pueden tener en común Irene Montero y Vinicius Junior?, me pregunté, de repente… Y, seguidamente, me asaltó otra duda… ¿Usar la palabra negro para referirme a una persona negra, pongamos, en un artículo de prensa, resultaría inconveniente?