Títulos clásicos y cinco obras autopublicadas de terror y novela negra que triunfan en Kindle
El 31 de octubre es una fecha que los amantes del terror, lo paranormal y el thriller tienen marcada en sus calendarios. Por una noche, tanto niños como adultos dan rienda suelta a sus fantasías. Hay quienes lo celebran disfrazándose, otros disfrutan de sus películas de terror preferidas y quienes, por supuesto, buscan el terror y el misterio en las novelas.
Reseña de "El último cuento triste", de Eva Losada Casanova
“Quizá, y solo a veces, la vida se termina a tiempo, en ese momento en el que ya terminó todo lo demás”. Así analiza su situación el narrador del primer relato que abre "El último cuento triste", una antología en la que Eva Losada Casanova explica la soledad y la tristeza, a través de historias cotidianas, protagonizadas por personas casi invisibles y que parecen casi fotografías o fotogramas de una película. Con un estilo muy tierno, con descripciones cuidadas, los relatos nacen del día a día y nos llevan a fijar la mirada en esas cosas y personas que están siempre a nuestro alrededor pero en las que apenas nos detenemos: un ramo de flores, una persona que pasa sus días en una caja de cartón, una pareja que quiere vivir el momento al máximo, una madre que se obsesiona con su hijo muerto y que transita por los límites de la locura…
En el mismo acto, Francisco Alcoba, XXVI Premio de Novela Negra "Ciudad de Getafe" por su novela Que no te pese la tierra (Edaf), ha señalado que un “premio literario es una esperanza siempre”
Estar en Getafe, ha dicho Antonio Muñoz Molina, “me produce una emoción muy profunda”. Y más para recibir un Premio que lleva el nombre de alguien a quien tuvo la suerte de conocer y tratar en la Real Academia. “Había pocas presencias tan afables y tan naturales como la de Sampedro, una presencia que tenía mucho que ver con su literatura”. Ha recordado que, incluso en los “años de conformidad”, cuando los problemas sociales y económicos parecían cosa del pasado, no dejó de explicar y de reivindicar. “Esa deuda la tenemos”.
GALERÍA DE ESCRITORAS SINGULARES
En medio de un ambiente intelectual marcadamente masculino sobresale la obra de esta escritora romántica, María Valdés Mendoza. Su producción poética marca un modelo de expresar sentimientos al gusto de la época.
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Ed. Pasado y Presente. 2021
La cuidadosa editorial radicada en Barcelona, nos ofrece un más que curioso libro de unas 900 páginas, dedicado a todo lo que se puede considerar que son las Españas, desde la Prehistoria hasta el momento de la aparición del coronavirus, tal como reza la portada. Por mi formación de Medievalista, me voy a ceñir a este capítulo del libro, muy inteligentemente desarrollado, y que es titulado como: CRISTIANOS, MUSULMANES Y JUDÍOS. Es indudable que la tierra es el valor primordial de riqueza natural, en el comienzo de la Alta Edad Media; por lo que los hispanos de esa época dependían de ella, y luchaban por su defensa.
Azucena del Valle regresa más disoluta que nunca con "From Russia with love", parece que le ha cogido gustillo a eso de las películas de espías.
Siruela, Madrid, 2022
Lo que importa, sin duda, es la naturaleza, el origen, la esencia de la civilización. Y, en ello, ¿por qué no considerar, tan minuciosa y detalladamente como aquí se hace, en la importancia del tejido como origen primigenio de cultura? La propia autora lo expone de manera muy sencilla en el Prefacio: “Hacer telas es una labor creativa, análoga a otras labores creativas. Es una prueba de maestría y refinamiento. ‘¿Podemos esperar que un Gobierno sea bien modelado por un pueblo que desconozca la manera de fabricar una rueca o utilizar sabiamente un telar?’, escribió el filósofo David Hume en 1742. El conocimiento es poco menos que universal. Raro es el pueblo que no hila o teje, y rara, también, la sociedad que no se embarca en negocios relacionados con los textiles”.
La vida, en ocasiones, se nos presenta como un fogonazo que nos deslumbra o nos destruye. Ambas, sensaciones que nos marcan y nos delatan ante los demás y descubren esa parte de nosotros mismos a la que nunca nos atrevemos a mirar. Manuel Moya lo sabe, porque en Dientes de perro nos retrata la vida con palabras que deambulan entre el asombro y la zozobra.
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